Vuelos:
Tras buscar durante meses una oferta de vuelos a Irlanda en verano, no la encontramos. Vivimos en el sur, así que no sé si nuestra playas son un reclamo en verano para los Irlandeses o por su clima, la isla Esmeralda es más visitada en esta época. Sea como sea, había muchas ofertas para este país en otros meses, pero en verano aunque se triplicaban los vuelos, no había nada de nada. Nosotros al final elegimos volar con Aer Lingus partiendo desde Málaga a Belfast por unos 200 euros el vuelo i/v. Había opciones algo más económicas pero no nos cuadraban bien las fechas.
Ojo!! Hay dos aeropuertos en Belfast, uno llamado Belfast Internacional (más alejado de la ciudad, a unos 25 km del centro) y otro llamado Belfast City George Best (un famoso jugador de fútbol nacido en la ciudad) más pequeñito, pero junto al puerto en la misma ciudad. Os lo especifico porque sobre todo es importante a la hora de concertar traslados, no os equivoquéis de lugar. Nosotros volábamos desde el segundo (más cómodo porque está más cerca del centro).
Tras buscar durante meses una oferta de vuelos a Irlanda en verano, no la encontramos. Vivimos en el sur, así que no sé si nuestra playas son un reclamo en verano para los Irlandeses o por su clima, la isla Esmeralda es más visitada en esta época. Sea como sea, había muchas ofertas para este país en otros meses, pero en verano aunque se triplicaban los vuelos, no había nada de nada. Nosotros al final elegimos volar con Aer Lingus partiendo desde Málaga a Belfast por unos 200 euros el vuelo i/v. Había opciones algo más económicas pero no nos cuadraban bien las fechas.
Ojo!! Hay dos aeropuertos en Belfast, uno llamado Belfast Internacional (más alejado de la ciudad, a unos 25 km del centro) y otro llamado Belfast City George Best (un famoso jugador de fútbol nacido en la ciudad) más pequeñito, pero junto al puerto en la misma ciudad. Os lo especifico porque sobre todo es importante a la hora de concertar traslados, no os equivoquéis de lugar. Nosotros volábamos desde el segundo (más cómodo porque está más cerca del centro).
Museo del Titanic en el puerto de Belfast desde el avión
Transporte al aeropuerto:
-Transporte público: Existe un bus llamado AirPort express que pasa cada 20 minutos y cuesta 2,50 libras. Va del aeropuerto al centro hasta la última parada en la estación de tren Victoria. Justo al lado de la estación Victoria estaba nuestro hotel, así que no hubiese sido mala opción si hubiésemos viajado con poco equipaje y en pareja. Éramos cuatro y con mucho equipaje, así que lo más cómodo y rentable era el taxi.
-Concertar transporte: Había concertado por internet el traslado del aeropuerto al hotel con la compañía Yattaxi por 19 euros, pero unos días antes me escribieron diciéndome que no disponían de taxis y me devolvieron el dinero (nos pareció súper raro). Por supuesto no lo recomendamos y el precio después descubrimos que no era ventajoso, recomendamos mejor tomar un taxi al llegar.
-Taxi: Leí en la web del aeropuerto que la compañía de taxis que operaba en el mismo era Value Cabs, que no era necesario reservar y en la página venían los precios orientativos. Lo hicimos como indicaba la web, nada más salir por la puerta de seguridad tras recoger nuestro equipaje, en el hall del aeropuerto había un stand de la compañía. Allí había una señora muy agradable que hablaba español perfectamente, que nos indicó el precio orientativo del taxi hasta nuestro hotel, nos lo pidió y nos dijo donde esperar a la salida. En la salida nos recogió el taxi al momento (preguntó por nuestros nombres) y nos llevó a nuestro hotel en el centro de la ciudad por 12 libras.
Alojamiento en Belfast
Nos alojamos en el Hotel Holiday Inn Belfast. Buscábamos un hotel en el centro de la ciudad para no tener que tomar transportes, con habitaciones familiares a un precio razonable y con desayuno incluido. Los hoteles en Belfast no son económicos y menos si se viaja en familia. El precio para las dos noches en habitación familiar (cama doble, sofá-cama y cuna) con desayuno incluido fue de 218 libras. En nuestro post sobre Belfast podréis ampliar información.
-Transporte público: Existe un bus llamado AirPort express que pasa cada 20 minutos y cuesta 2,50 libras. Va del aeropuerto al centro hasta la última parada en la estación de tren Victoria. Justo al lado de la estación Victoria estaba nuestro hotel, así que no hubiese sido mala opción si hubiésemos viajado con poco equipaje y en pareja. Éramos cuatro y con mucho equipaje, así que lo más cómodo y rentable era el taxi.
-Concertar transporte: Había concertado por internet el traslado del aeropuerto al hotel con la compañía Yattaxi por 19 euros, pero unos días antes me escribieron diciéndome que no disponían de taxis y me devolvieron el dinero (nos pareció súper raro). Por supuesto no lo recomendamos y el precio después descubrimos que no era ventajoso, recomendamos mejor tomar un taxi al llegar.
-Taxi: Leí en la web del aeropuerto que la compañía de taxis que operaba en el mismo era Value Cabs, que no era necesario reservar y en la página venían los precios orientativos. Lo hicimos como indicaba la web, nada más salir por la puerta de seguridad tras recoger nuestro equipaje, en el hall del aeropuerto había un stand de la compañía. Allí había una señora muy agradable que hablaba español perfectamente, que nos indicó el precio orientativo del taxi hasta nuestro hotel, nos lo pidió y nos dijo donde esperar a la salida. En la salida nos recogió el taxi al momento (preguntó por nuestros nombres) y nos llevó a nuestro hotel en el centro de la ciudad por 12 libras.
Alojamiento en Belfast
Nos alojamos en el Hotel Holiday Inn Belfast. Buscábamos un hotel en el centro de la ciudad para no tener que tomar transportes, con habitaciones familiares a un precio razonable y con desayuno incluido. Los hoteles en Belfast no son económicos y menos si se viaja en familia. El precio para las dos noches en habitación familiar (cama doble, sofá-cama y cuna) con desayuno incluido fue de 218 libras. En nuestro post sobre Belfast podréis ampliar información.
Autocaravana de alquiler:
Alquilamos en Belfast nuestra autocaravana con la compañía Bunk Campers y nos fue muy bien. Os contamos todos los detalles de funcionamiento, mantenimiento y alquiler de la misma en el siguiente post "Irlanda en autocaravana con Bunk Campers".
Alquilamos en Belfast nuestra autocaravana con la compañía Bunk Campers y nos fue muy bien. Os contamos todos los detalles de funcionamiento, mantenimiento y alquiler de la misma en el siguiente post "Irlanda en autocaravana con Bunk Campers".
El Burren
Los niños en auto caravana, al igual que en el coche, mientras esté en funcionamiento deben de ir sentados en sillas de coche para niños. Nosotros recomendamos dos tipos. Compramos los dos modelos en amazon y es dinero que ya tenemos más que amortizado si lo comparamos con cuanto cuesta alquilarlas en todos los viajes que ya hemos realizado. Os contamos los pros y los contra de cada uno. (Edito la información ahora para niños de 6 y 4 años. Si viajáis con un niño más pequeño de esa edad os recomiendo llevar vuestra silla normal del grupo 1 como hicimos nosotros para nuestro hijo de 2 años. Las sillas de las que os hablo a continuación serían para niños de más de 18kg).
Por una lado tenemos el asiento mifold, que es súper pequeño, tiene la medida de un libro y es muy manejable para guardarlo en el equipaje y te ahorras de cargar con sillas voluminosas o alzadores.
Tiene dos sistemas de anclaje con los que el niño queda bien sujeto y va seguro. El único inconveniente que le veo es que el niño va sentado en una base pequeña y como el niño sea muy pequeño (menos de 20kg) y no "rellene" la base, esta se le resbala hacia atrás. Para mi hijo mayor de 6 años va genial (pesa 25kg), pero para el de 4 años, que es delgadito, prefiero mejor el asiento trunki. Aunque cuando se haga más mayor lo más seguro es que compre otro mifold porque es comodísimo de transportar, ocupa muy poco espacio y en seguridad son muy parecidos.
Asiento de coche Mifold y Trunky colocados en coche de alquiler
Por una lado tenemos el asiento mifold, que es súper pequeño, tiene la medida de un libro y es muy manejable para guardarlo en el equipaje y te ahorras de cargar con sillas voluminosas o alzadores.
Ocupa el tamaño de un libro. Foto by mifold.com
Tiene dos sistemas de anclaje con los que el niño queda bien sujeto y va seguro. El único inconveniente que le veo es que el niño va sentado en una base pequeña y como el niño sea muy pequeño (menos de 20kg) y no "rellene" la base, esta se le resbala hacia atrás. Para mi hijo mayor de 6 años va genial (pesa 25kg), pero para el de 4 años, que es delgadito, prefiero mejor el asiento trunki. Aunque cuando se haga más mayor lo más seguro es que compre otro mifold porque es comodísimo de transportar, ocupa muy poco espacio y en seguridad son muy parecidos.
El asiento mochila Trunky Boostapak es una mochila por lo que el peque puede guardar sus juguetes dentro, en el coche sirve como asiento alzador y lo puede subir al avión a parte del equipaje de mano al ser un alzador. Tiene una hebilla para adaptar el cinturón a la altura del hombro del niño, quedando bien sujeto. Es más voluminoso que el mifold, pesa un poco para que el niño lo lleve a la espalda como mochila solito (sobre todo si es pequeño), así que normalmente nos toca cargarlo a los adultos. Pero si el niño es pequeño me parece más seguro que el otro porque el niño no se resbala
Equipaje:
El tiempo en verano en Irlanda es muy cambiante. Os recomendamos llevar como ropa: pantalón largo no demasiado grueso, camiseta y sudadera.
Imprescindibles:
-Impermeables
-Paraguas (mejor impermeable y capucha, porque suele lloviznar, pero a veces puede caer un chaparrón).
-Botas de goretex, así si llueve no hay problema de humedad en los pies.
Nosotros solemos viajar con poco equipaje, pero esta vez no fue así. Nos llevamos las sillas de coche para los niños (se facturan gratis en el avión) envueltas en plástico con burbujas /edito la información, hoy ya no llevamos esas sillas de coche tan grandes, llevamos las sillas de viaje de las que os hablamos en el apartado anterior). Una maleta grande facturada, dos pequeñas de mano, dos mochilas y el carrito del peque. En los huecos de las sillas de coche llevé los sacos de dormir de adulto y en la maleta grande los dos sacos de dormir de los peques (créanme, hace falta taparse con algo de abrigo en las noches de verano irlandesas) y sábanas bajeras para la autocaravana.
El tiempo en verano en Irlanda es muy cambiante. Os recomendamos llevar como ropa: pantalón largo no demasiado grueso, camiseta y sudadera.
Imprescindibles:
-Impermeables
-Paraguas (mejor impermeable y capucha, porque suele lloviznar, pero a veces puede caer un chaparrón).
-Botas de goretex, así si llueve no hay problema de humedad en los pies.
Nosotros solemos viajar con poco equipaje, pero esta vez no fue así. Nos llevamos las sillas de coche para los niños (se facturan gratis en el avión) envueltas en plástico con burbujas /edito la información, hoy ya no llevamos esas sillas de coche tan grandes, llevamos las sillas de viaje de las que os hablamos en el apartado anterior). Una maleta grande facturada, dos pequeñas de mano, dos mochilas y el carrito del peque. En los huecos de las sillas de coche llevé los sacos de dormir de adulto y en la maleta grande los dos sacos de dormir de los peques (créanme, hace falta taparse con algo de abrigo en las noches de verano irlandesas) y sábanas bajeras para la autocaravana.
Llevamos algo de comida de casa en la maleta grande, tipo jamón, salchichón, los cereales solubles de los peques, sobres de vinagre, azúcar, sal y una botella de aceite de oliva. Aunque nos encanta probar la comida local, hay determinados productos que nos vino bien llevar, como el aceite de oliva.
Viajó con nosotros la guía de viaje del País Aguilar, es una guía que me gusta, suele dar detalles históricos y artísticos que son de nuestro interés.
Índice de relatos:
En este post os detallaremos toda la ruta, pero hemos escrito artículos más completos de algunas de las zonas visitadas, en todo este post encontraréis los enlaces de estos artículos, pero para haceros más fácil el encontrarlos os detallo todos los artículos de Irlanda escritos a parte de éste:
-Próximo destino Irlanda en autocaravana: Tras los pasos de la Armada
-Irlanda en autocaravana con Bunk Campers
-Belfast con niños y tour de murales en español
-¿Derry o Londonderry? Un paseo por sus antiguos barrios de conflicto (murales y mucho más)
-Islas Aran en bicicleta
-Naufragios de la Armada de Felipe II: Una historia que nos une a Irlanda
-Parque nacional de Connemara: Senderos y zonas para niños
Nos quedan más artículos específicos que publicar sobre Irlanda (Connemara....), para estar atentos a estas publicaciones síguenos en Facebook.
Nuestra ruta:
Día 28 y 29 de julio: Belfast
En nuestro post "Belfast con niños y tour de murales en español", os contamos nuestras experiencias en la ciudad, hotel, restaurantes y paseos. Uno de los top en la misma, es el paseo por los murales, nosotros lo hicimos en español con Belfast Millie Tours y nos gustó mucho. A mis hijos pequeños una de las visitas que más les gustó fue la del museo del Ulster, con muchas actividades para niños y adultos. ¡Pasaros por el post para conocer algo más de esta interesante ciudad de nuestra mano!
Día 30 de julio: Recogida de autocaravana, The Dark Edges y Bushmills
Tras pasar una mañana llena de enredos en Belfast, a medio día nos dirigimos a la sede de Bunk Campers. En este post os dejo todos los detalles sobre nuestro alquiler de autocaravana y sobre el funcionamiento de las mismas. Fueron nueve maravillosos días recorriendo Irlanda con ella. Era la primera vez que alquilábamos una auto, así que teníamos miles de dudas, pero el chico de la empresa de alquiler fue súper amable, nos enseñó el funcionamiento de todo y nos resolvió con paciencia todas las dudas durante más de dos horas.
Como os he contado, yo llevaba de casa algunas cosas, como por ejemplo una bayeta y un bote de producto de limpieza. Así que durante un rato estuvimos en el aparcamiento limpiando un poco (aunque tengo que decir que nos entregaron el vehículo muy limpio, pero siempre gusta repasar un poco) y ordenando todo nuestro equipaje dentro de la caravana. La zona donde se recoge el vehículo es un área comercial al sur del Belfast, pasamos allí un rato sumergidos en estas tareas y cuando nos dimos cuenta las tiendas habían cerrado y el parking también estaba cerrado. ¡Pánico, estábamos encerrados dentro! Menos mal que aún quedaba un coche, nos acercamos, en ese momento salía hacia él la trabajadora de una tienda, la última que quedaba y nos abrió el parking. ¡Menos mal!
Un poco inseguros empezamos a conducir por la izquierda, también la primera vez. Pero con precaución y un copiloto apañado, se resuelve todo sin problema. Estábamos al sur, así que cruzamos Belfast que era lo que pensábamos que nos supondría más enredo, pero la verdad que todo fue muy bien.
Al norte de Belfast, cerca del aeropuerto internacional y a medio camino hacia Antrim; paramos en un área de servicio llamada Applegreen, que estaba muy bien, había una zona de juegos con toboganes muy chula para los peques. Allí compramos comida en el supermercado, al menos para desayunar al día siguiente, que sería domingo y no sabíamos si las tiendas estarían abiertas (nos ha sorprendido que en Irlanda hay muchos supermercados abiertos en domingo y hasta altas horas). Había un restaurante muy simpático con muchos tipos de comida "take away", nos gustó el aspecto de la comida china, así que allí mismo por tan solo 11 libras compramos la cena. La chica que nos atendió era de Alicante, fue muy agradable, nos explicó el procedimiento de las comidas que podíamos mezclar por el mismo precio en distintas cajas de cartón. Compramos fideos chinos, ternera y pollo de distintos tipos. Todo estaba riquísimo y fue una inauguración muy divertida para los peques (con sus cajas y palillos) de primera comida dentro de la auto.
Pero esto sería más tarde, aún nos quedaba parar en uno de los escenarios más bellos de Juego de Tronos en Irlanda. Nos dirigimos hasta The Dark Edges, que está cerca de un pueblo llamado Armoy. Yo llevaba la localización GPS anotada en el móvil en favoritos de la App Here (una aplicación gratuita GPS que os recomiendo que os descarguéis porque está genial), cuando estábamos ya cerca del lugar mi batería se agotó y no me acordaba donde tenía el cable del cargador. Pensamos que más o menos encontraríamos el lugar, ya estábamos en la carretera hacia Armoy y solo nos quedaba un desvío; pero nos dimos cuenta que no había ninguna indicación en la carretera y que no era tan fácil encontrar el camino. Vimos un chico con un tractor en su finca entrando en un camino, nos dirigimos hacia él para preguntarle y fue toda una suerte, porque ese mismo camino era el que debíamos tomar (no había indicación). El chico nos dijo que siguiésemos recto y que pasados tres cruces encontraríamos la arboleda de The Dark Edges.
The Dark Edges es un camino surcado por preciosos árboles con ramas intrincadas, que le confieren un aspecto muy peculiar y fue votado como uno de los túneles formados por árboles más bonitos del mundo. Es un lugar muy especial, pero su gran fama llegó a través de la serie de TV Juego de Tronos. En ese escenario, los seguidores de la serie sabréis que fue donde se grabó la huida hacia el Norte por "El Camino Real" de Aria Stark disfrazada de chico. Por su gran fama desde entonces, dicen que es muy difícil encontrarlo sin gente y poder hacer una buena foto; pero como nosotros fuimos al atardecer, pasadas las ocho treinta de la tarde, había poca gente y pudimos hacer fotos bonitas.
Esto ha sido una de las mayores ventajas de viajar en autocaravana, que podíamos estar muy temprano o muy tarde en los lugares y hemos vivido escenas preciosas muchas veces nosotros solos. Pasamos un rato viendo a las vacas que pastaban al lado y paseando tranquilamente.
Ya casi anocheciendo (en Irlanda anochece en verano bastante tarde, sobre las 22:15) llegamos a Bushmills, el pueblo que es puerta de entrada hacia la Calzada del Gigante. Estaba en fiestas y todo estaba adornado con banderas, por supuesto en esa zona banderas británicas, con un montón de fotos del Rey William III (ya os expliqué en mi artículo sobre Belfast sobre la importancia para los protestantes en esta zona de este rey, vencedor de la batalla del Boyne).
En la calle principal que cruza el pueblo, frente a los aparcamientos de la famosa destilería de Wiskey irlandés Bushmills (nosotros no fuimos a visitarla, pero se puede hacer un tour por ella), se encuentra un supermercado de la cadena Spar, que abre hasta altas horas. Allí compramos unas cuantas de cosas y nos fuimos a pernoctar en un lugar encontrado en nuestro mapa francés de pernoctas gratis. Muy simpático es que el supermercado tiene carros de la compra pequeñitos para los niños, mis hijos lo pasaron muy bien ayudando a hacer la compra.
Pernocta: El lugar elegido fue un parking en el pueblo de Bushmills habilitado para aparcar y desde allí tomar un bus gratuito que lleva a La Calzada del Gigante, es decir, un parking secundario en el pueblo, pensado para descongestionar los parking principales del recinto de La Calzada. El parking tiene servicios (toilette, no duchas porque no es parking pensado para pernoctas), pero solo abren de 8 de la mañana a 8 de la tarde. No hay ningún cartel que diga que la pernocta en autocaravana está permitida, pero tampoco ninguno que ponga que no lo está. Había dos autocaravanas más pernoctando allí a parte de nosotros y el lugar nos pareció tranquilo y no muy solitario al estar en el mismo pueblo. Nos gustó el lugar, aunque sí lo hubiésemos sabido nos hubiésemos ido directamente al aparcamiento del Centro de Visitantes de la Calzada del Gigante para pernoctar la primera noche allí, así hubiésemos estado desde primera hora en el lugar y no hubiésemos tenido que dar tantas vueltas, ya que al día siguiente fuimos tres veces al aparcamiento de La Calzada y hasta la tercera no nos dejaron entrar con la auto para aparcar (allí el parking está abierto, no tiene barrera, no hay carteles de pernocta permitida, pero preguntamos a un guarda del parking, que nos dijo que expresamente permitida no estaba la pernocta, pero que algunas autos solían pernoctar allí y ellos no les ponían problemas; simplemente por la mañana había que tener la precaución de irse temprano o de pagar el aparcamiento para quedarse allí viendo La Calzada). En la foto aparece la indicación hacia el parking de Bushmills y un poquito del mismo vacío (zona vallada verde).
Día 31 de julio: Castillos de Dunluce, Puerto de Ballintoy y Calzada del Gigante
Tras el desayuno, en vez de tomar el bus desde Bushmills, decidimos ir en nuestra auto hasta el Centro de Visitantes de la Calzada para aparcar allí y visitar la zona. Como os he dicho, un error, porque no dejaban entrar a las autocaravanas en el parking del Centro de Visitantes, era domingo y había muchísima gente. Te desviaban a otro parking de pago que estaba en una estación de tren cercana y nosotros con los niños no queríamos ir tan lejos a aparcar.
A muy pocos kilómetros estaba el Castillo de Dunluce, otro escenario de Juego de Tronos, así que decidimos ir a conocerlo.
El Castillo de Dunluce está en la famosa ruta costera del Atlántico en el norte. Está sobre un acantilado a los pies del mar. Hoy en día es un castillo muy famoso por ser elegido por los escenógrafos de la serie de TV Juego de Tronos para dar vida al Castillo de Pike en las Islas del Hierro, donde la familia Greyjoy tiene su frío y húmedo hogar. En esta fantástica entrada del blog Viajarcode:Verónica tenéis muchísima información sobre los distintos escenarios de la serie en Irlanda del Norte.
Este castillo data del s XV, construido por el clan de los MacQuillan, pero en 1550 fueron expulsados por los MacDonnell, una familia descendiente de los escoceses MacDonald, que se convirtió en la familia dominante de las tierras del norte del condado de Antrim. Esta familia eran férreos enemigos de la corona inglesa, luchando durante décadas contra ellos. A nosotros nos interesaba la visita por ser uno de nuestros puntos importantes en la historia de los naufragios de la Armada de Felipe II, que como explico en este post detallado sobre el tema, había sido el motor de nuestro viaje. Es relevante porque uno de sus ocupantes, Sorley Boy MacDonnell, ayudaría a multitud de españoles de esos naufragios para que no fueran apresados por los ingleses. En nuestro otro post que estamos confeccionando sobre la ruta de los naufragios de la Armada os hablaremos más extensamente sobre este castillo.
Además fue clave también en el proceso de colonización del norte de Irlanda en el s XVII, que, como ya os conté en mi post sobre Belfast, sembraría la semilla del conflicto político-religioso en el Ulster hasta nuestros días. Es importante a este respecto, porque en 1603 subió al trono inglés James VI de Escocia, encontrando un aliado en los MacDonell, que ayudarían a la monarquía inglesa en el proceso de colonización.
La entrada a las ruinas del castillo cuesta 5 libras, gratis para los menores de cinco años. Nos pareció que era un lugar muy interesante por su historia, así que decidimos entrar y pasear un rato por el recinto (te dan un pequeño mapa con buenas explicaciones en español). Subimos a la torre, cruzamos el puente y estuvimos jugando un rato en los hornos de las ruinas de las cocinas a hacer pizzas de piedras je je je.
Hay un camino que baja al pie de los acantilados. Una zona preciosa para pasear. El castillo que sale en Juego de Tronos está muy retocado por ordenador sobre estas ruinas, pero los acantilados sobre el que aparece el castillo, son los mismos.
Si queréis hacer la foto del castillo encaramado sobre los acantilados, os doy las indicaciones. Si venís desde Bushmills llegareis al castillo por la carretera de la costa, pues pasando el castillo, a menos de un kilómetro de él, siguiendo la carretera de la costa se llega a una zona de merenderos con un mirador al mar y estas vistas.
Terminada la visita volvimos al parking del Centro de Visitantes de la Calzada del Gigante y otra vez la misma historia, no podíamos aparcar en ese recinto. Así que decimos ir a otra de las localizaciones de Juego de Tronos que estaba a unos 15 km de allí. El Puerto de Ballintoy, donde Theon Grayjoy llegaría en su barco a sus añoradas Islas del Hierro.
Es un puerto pequeño rodeado de calas para pasar un rato divertido con los peques. La carretera que baja hacia el puerto es estrecha, hay que bajar con precaución tanto en coche como en autocaravana, aunque todo el mundo conducía de forma prudente y si venía un vehículo en sentido contrario hacíamos intentos ambos para hacernos entender y poder pasar. No sé si era porque era domingo, pero estaba lleno de gente. Allí solo está el pequeño puerto y un pub. Hay dos zonas de parking una con gálibo, donde nosotros por la altura no podíamos pasar y otra para todos los vehículos. Mi marido se quedó esperando a que hubiese un hueco mientras yo jugaba en las rocas con los peques, hasta que quedó un aparcamiento libre y tras múltiples maniobras (el espacio de todo el lugar es estrecho), conseguimos aparcar.
Fue curioso porque nos alejamos y nos fuimos a jugar a una cala cercana tranquila. Como os he contado, llevaba las fantásticas indicaciones de localizaciones de Juego de Tronos del blog "ViajarCode:Verónica", donde indicaba que en una cala cercana se había rodado el bautizo de Theon Greyjoy en la playa, pero por ahora no nos habíamos puesto a investigar. Estamos observando a nuestros hijos jugar en la arena sentados en una roca y de repente mi marido me dice ¿no es esa la música de Juego de Tronos? Efectivamente, nos volvemos y al lado de nosotros había un tour de la serie, el guía con ordenador en mano, les estaba poniendo la escena del bautizo y con esquemas de fotos en papel les explicaba cuáles fueron las zonas de rodaje y las cosas retocadas por ordenador. Mira por donde nos enteramos perfectamente de todo.
Fuimos a dar un paseo por el puerto, había unos niños que pertenecerían a un club, tirándose al agua, con ropa de neopreno claro está y haciendo pequeñas competiciones. Serían las dos y media de la tarde y daba la casualidad que acababan de llegar los barcos de pesca. Los pescadores estaban limpiando el pescado y haciéndolos filetes, mientras echaban los desperdicios a las alegres gaviotas. Mis hijos contemplaban encantados la escena.
De repente veo que entregan una bolsa con pescado a alguien y le digo a mi marido, que tiene mejor inglés que yo, que le pregunte a los pescadores si les pueden vender pescado. Mi marido me dice que no, que le da corte, así que ni corta ni perezosa me acerco al pescador y le digo "Can I buy fish?" Je je las mujeres con determinación llegan lejos... El pescador y yo nos entendemos perfectamente y por 4 libras me vende 8 caballas ya arregladas y hechas filetes. Me dijo que hacía solo tres horas que habían sido pescadas y la verdad es que se notaba en el sabor, riquísimas.
Ese día haríamos un almuerzo genial allí mismo frente al puerto en nuestra auto, caballa a la plancha con ensalada.
Tras descansar un poco, otra vez nos fuimos a intentar aparcar en el parking de la Calzada. Llegamos e igual, un chico del parking me dice que nos tenemos que ir a la estación de tren a aparcar. Otra vez sale de mi la mujer que habla poco inglés pero que tiene mucha determinación je je y le dije al hombre que por favor, que nos indicase otro sitio de parking más cercano, que nosotros teníamos dos niños muy pequeños y que no podíamos ir tan lejos para volver andando. Esta vez el chico mira dentro de la auto, ve a los niños y nos dice que podemos subir a la zona de parking dedicada a buses y vehículos grandes. Me da rabia porque el área estaba casi vacía al llegar y sin embargo nos seguían desplazando; imagino que sería política de la empresa para no colapsar el parking de buses.
Visitar la Calzada del Gigante en realidad es gratuito. Te cobran una entrada que sirve para entrar al Centro de Visitantes y para el parking. Pero se puede acceder al camino que baja a la Calzada sin tener que enseñar ningún ticket. Cuando aparcamos nos dijeron que fuésemos a comprar el ticket, pero en ningún momento nos lo pidieron (para entrar en el Centro de Visitantes si hay que enseñarlo). Nosotros, sea como fuese, compramos las entradas (9 libras adultos y gratis menores de 5 años), pasamos un rato en el centro de visitantes viendo las demostraciones de cómo se formó todo y recogimos nuestras audioguías en español (incluidas en el precio y muy recomendables).
La zona de la costa con bonitas formaciones geológicas es amplia y hay varios senderos. Hay un bus que por una libra (niños menores de cinco años gratis) lleva directamente a la zona de La Calzada propiamente dicha (el camino de piedras que entra hacia el mar) y después por otra libra sube al centro de visitantes de nuevo. Este camino que baja desde el centro de Visitantes a la Calzada propiamente dicha es el azul del mapa.
Lo más recomendable es bajar andando por este "camino azul del mapa" escuchando la audioguía y después si estáis cansados para hacer la vuelta, tomar el bus hacia el parking. Pero la cuesta de bajada no es muy pronunciada, así que nosotros decidimos hacerlo al revés, bajar en bus para ahorrar tiempo y subir andando; porque en torno a las 18:30 o 18:45 subiría el último bus, por tanto, el bus a la vuelta no nos daría tiempo de tomarlo y a la fuerza habría que volver a pie.
Hay varios trails para hacer, pero como os cuento, el indispensable es de color azul (el que os comento que se puede hacer en bus), de 1,2 kilómetros. A la bajada podéis ir observando lo que las audioguías os van indicando. Como las cáscaras de cebollas o el camello, paisaje típico del lugar. En la foto el camino de bajada.
Hay que echarle imaginación para ver el camello, pero si te fijas se ve bien, a mis hijos les hizo ilusión.
Llegamos a la calzada propiamente dicha, pero había mucha gente sobre ella, así que decidimos andar un poco hacia más adelante, hacia la bota del gigante y contemplamos el paisaje de Los Órganos a lo lejos.
Fue buena decisión, porque un poco más tarde habría mucha menos gente sobre la calzada y pudimos hacer fotos más bonitas. El lugar es muy mágico, impresionan la cantidad tan espectacular de columnas de basalto con su geometría perfecta.
Pernocta: Llegamos de nuevo al parking tras el paseo, como os conté vimos que allí, en el parking principal de La Calzada, hubiese sido posible pernoctar, pero ya habíamos visitado La Calzada, no merecía la pena amanecer allí. Teníamos planeado adelantar camino y pernoctar en Derry, pero estábamos cansados, vimos que el aparcamiento del día anterior en Bushmills había sido seguro y decidimos repetir en el mismo lugar.
Día 1 de agosto: LondonDerry, Grianan Aileach Ring Fort, Lago Melvin, Streedagh Beach y Grange
Pasamos una buen pernocta en Bushmills, tras el desayuno los niños jugaron un rato en un parque cercano mientras yo recogía y unos instantes después, partimos rumbo a Derry (nombre que dan los republicanos) o Londonderry (nombre que le dan los unionistas). Según con quien hablases o las indicaciones que leyeses, llamaban a esta ciudad de una u otra manera, pequeños detalles que aún hoy dan muestra del pasado convulso de este lugar lleno de polémicas y conflictos durante los Troubles (conflicto del Irlanda del Norte). De esto y mucho más, os hablamos en nuestro post "¿Derry o Londonderry? Un paseo por sus antiguos barrios de conflicto".
Tras la visita al Free Derry, barrio católico de Londonderry, con sus peculiares murales, tomamos rumbo a Grianan Aileach Ring Fort.
Es un fuerte circular del s V, construido en una zona elevada con vistas privilegiadas de los lagos Swilly y Foyle, además desde allí se pueden ver tres condados distintos, Donegal, Derry y Tyrone.
Os indico cómo se llega al fuerte. A tan solo unos pocos kilómetros tras salir de la ciudad de Derry por el oeste, ya se cruza la frontera de la República de Irlanda, sin ningún tipo de señalización expresa. Así que ¡ya estábamos en Eire!. Para llegar al fuerte circular hay que pasar por carreteras estrechitas porque el lugar está en medio de la nada, pero merece la pena la visita, es un lugar mágico. La carretera de acceso la cierran por la noche (no recuerdo bien si era a las 9 de la noche), pero el lugar es de acceso libre, no hay que pagar.
Junto al fuerte hay una pequeña zona de aparcamiento, allí había una furgoneta con una cafetería sobre ruedas para tomar un café o un dulce (no sé si estará allí siempre). Nosotros aparcamos nuestra auto allí y al bajarnos guauuuu, ¡qué vistas!. En el parking entablamos conversación con unos simpáticos irlandeses, conductores de dos buses de jóvenes españoles que estaban en Irlanda con familias aprendiendo inglés y ese día estaban de excursión allí. Nos explicaron que era lo que se veía desde todas las perspectivas del lugar, una de las más espectaculares las vistas del lago Swilly.
Mientras mi marido hacía el almuerzo en la auto, los peques y yo nos fuimos a investigar un poco por la zona. Como ya he dicho, el lugar es mágico. Alrededor hay algunos senderos por los que andaremos un rato.
Tras el almuerzo y un pequeño descanso, porque aún nos quedaban un par de horas de viaje, nos dirigimos al Lago Melvin. Uno de los puntos de nuestra ruta de Cuéllar, de la temática que nos llevó a decidirnos por hacer este viaje por Irlanda, la ruta por los naufragios de la mal llamada Armada Invencible.
Buscábamos los restos de un castillo que quedaban aun en medio de una isleta en el lago, donde resistió Cuéllar en un enfrentamiento con los ingleses, pero por más vueltas que dimos, no lo encontramos. Aun así, pasamos un rato fantástico en este lago, conocimos a un matrimonio con el que mantuvimos una animada conversación sobre los naufragios y sobre la historia de Irlanda. Os lo contamos con más detalle en el post "Nuestra ruta por los naufragios de la Armada de Felipe II en Irlanda". Desde allí nos dirigimos a otro punto de la ruta de Cuéllar, a Streedagh Beach, donde naufragó el barco de Cuéllar, el protagonista de la ruta.
Streedagh Beach es una amplia playa del oeste de Irlanda, próxima a las localidades de Grange y Sligo. Llegamos al atardecer y para nosotros fue muy emocionante contemplar esta imagen. Nos imaginábamos la escena aquí algunos siglos atrás, miles de cuerpos de españoles en la arena, el frío, el temporal...
Desde allí hay unas vistas fabulosas de la montaña más peculiar y característica de la zona, Benbulben (traducción del irlandés como algo así como "pico mandíbula").
Pernocta: En el mapa francés de pernoctas, anunciaba que se podía pernoctar en esta playa e íbamos dispuestos a dormir allí por libre. Pero cuando llegamos vimos que había un enorme letrero que especificaba que la pernocta estaba prohibida bajo multa. Así que nos vimos de noche y sin lugar donde quedarnos. No sabíamos si el camping de Rosses Point (al que teníamos pensado ir al día siguiente) estaría abierto a más de las 9 de la noche y estábamos cansados. Así que decidimos buscar alguna alternativa en Grange. Al pasar por un pub del pueblo vimos que tenía un pequeño aparcamiento bastante resguardado, así que decidimos entrar al bar, pedir algo de cena y preguntar si nos dejarían pernoctar allí. Fueron muy amables, nos dijeron que sin problema nos podíamos quedar allí a dormir, pero que no podían servirnos comida porque la cocina estaba cerrada ya. Como ya sabíamos que no teníamos que conducir más, nos tomamos una pinta en el pub y después improvisamos una cena en nuestra autocaravana. Lo pasamos realmente bien, nos reímos un montón con un grupo de amigos que había en la barra del pub, se interesaron por nuestra ruta y nos hicieron muchas preguntas. No dejábamos de sorprendernos de lo abiertos y agradables que eran los irlandeses.
Día 2 de agosto: Día de playa en Rosses Point
Nada más despertarnos en el parking del pub de Grange, ni siquiera desayunamos, recogimos las cosas y nos fuimos hacia Rosses Point. Una bonita playa tranquila de la ciudad de Sligo donde teníamos pensado pasar el día en su camping (ya teníamos que parar en uno para hacer las típicas cosas de mantenimiento de caravana como llenar de depósitos y desaguar). El camping tenía unas vistas preciosas.
Era la primera vez que nos quedábamos en un camping, no sabíamos muy bien como era el procedimiento de reserva. Íbamos con un poco de miedo por si no había plazas, pero no hubo problema, llegamos sobre las 9 de la mañana, nos asignaron nuestro puesto, desayunamos y después mi marido se puso a hacer las cosas de mantenimiento (llenar depósitos..) y yo la colada (había lavadoras y secadoras que funcionaban a monedas). Tras estas labores nos fuimos con los peques a la playa.
Nos encantó, la playa era amplísima (aunque me sorprendió todo lo que cambia la marea, porque por la tarde no quedaba nada de la amplia playa), había un faro en la lejanía y las típicas estampas irlandesas del verde de su paisaje llegando hasta la playa.
Los días anteriores habían sido muy buenos, pero en este punto nos cambió el tiempo por unos días y hacía frío con amenaza de lluvia, aunque ese día no llovió. La verdad es que nos dio igual, mis hijos lo pasaron genial jugando en la arena y en la playa había un ambiente muy entretenido de surfistas y valientes bañistas.
Por la tarde no hicimos gran cosa, pasear, ir a hacer la compra a un pequeño supermercado cercano y jugar en el parque del camping con los peques. Ese día conocimos a la familia de Collin, que fueron muy amables y con los que tuvimos unas interesantes conversaciones.
Pernocta: En el camping Greenlands caravanpark de Rosses Point (27 euros)
Día 3 de agosto: Parque pirata de Westport House y Connemara
Amaneció un día espantoso, el peor del viaje. Lluvia con ráfagas de viento. Así que decidimos cambiar la ruta, teníamos pensado ir desde allí a Rosavealt, un pequeño puerto cercano a Galway donde pernoctaríamos y al día siguiente tomaríamos el ferry a las Islas Aran. Pero con ese mal tiempo no era buena idea ir a las islas, porque allí queríamos alquilar bicicletas y con lluvia no lo podríamos hacer. Así que cambiamos todo, decidimos posponer la ruta por las islas Aran hasta unos días después, donde tomaríamos el ferry desde Doolin (pueblo próximo a los acantilados de Moher) y según la predicción meteorológica nos haría mejor tiempo.
Nos hizo muy mal tiempo, pero como ese día pasaríamos gran parte en carretera, no nos importaba. Creo que fue una de las jornadas donde más nos sorprendió el paisaje, el noroeste de Irlanda nos resultó absolutamente precioso. Allí empezamos a ver las bonitas casas tradicionales que teníamos muchas ganas de fotografiar.
Nos encaminamos entonces hasta Connemara National Park por la costa oeste de Irlanda, pero antes, a mitad de camino, queríamos hacer una parada en un lugar que nos parecía divertido para los peques, un peculiar parque de atracciones. Se trata de Westport House, un parque de aventuras pirata construido sobre lo que eran las propiedades de Grace O´Malley, la conocida reina pirata de Connacht. Esta mujer fue la jefa de uno de los clanes irlandeses de la zona en el siglo XVI, sus barcos dominaron con valentía los mares, de ahí ese apodo.
Hoy queda en pie la casa, construida sobre los restos de la casa de la antigua propietaria. Una mansión de estilo georgiano que se puede visitar habitación por habitación y con unos preciosos jardines alrededor.
Se puede visitar solo la casa o ella junto con el parque de aventuras. El parque de aventuras no es muy amplio, hay un trenecito pirata y una serie de atracciones para los más pequeños. También hay una gran área de parque de bolas bajo techo (lo que más disfrutaron mis hijos) y una zona de tirolinas y juegos para niños más mayores.
Aquí podéis ver los precios. A nosotros nos pareció que el precio era un poco elevado para lo que se ofrecía, pero tenemos que reconocer que nuestros hijos lo pasaron genial, son pequeños y con cualquier cosa se entretienen mucho.
Pedimos la comida en el restaurante del recinto (10-12 euros el plato), nos la pusieron para llevar y la comimos en unas mesas que había frente al parque de bolas. Mientras nosotros almorzábamos tranquilamente, los peques lo pasaban pipa en las bolas bajo nuestra supervisión (en este primer tiempo chispeaba un poco, así que nos vino bien estar allí bajo cubierto).
Después paró la llovizna y fuimos a ver la casa y a montarnos en las atracciones que estaban en el exterior. Pasamos un buen rato en el parque, cerraba a las 6, así que no nos pudimos entretener mucho más.
Salimos rumbo al Parque Nacional de Connemara, como os contaba, pasando por paisajes impresionantes.
Uno de ellos el Puerto de Killary, frontera natural entre el condado de Mayo y Galway, un entrante de mar precioso, remanente de la sumersión marina de antiguos valles glaciares. Precioso.
Ya en el interior de Connemara, llegamos a la pintoresca Abadía de Kilemore, uno de los edificios más fotografiados de Irlanda, pero cerraba a las 7 así que no pudimos verla. Al día siguiente la veríamos desde el exterior, pero os pongo aquí la imagen.
Llegamos casi a las ocho de la tarde al Centro de Visitantes del Parque Nacional de Connemara. El recinto y el museo cierran al público a las 17:15 horas, pero los senderos permanecen abiertos. Eran casi las ocho de la tarde, aparcamos la auto en el parking, que estaba casi vacío y fuimos a dar un paseo por la zona. Nuestros peques jugaron en un enorme parque infantil que hay justo al lado del Centro de Visitantes y después dimos un pequeño paseo por la zona, a mis hijos les encantó dar de comer a los burros y caballos que hay en las fincas junto al camino.
Pernocta: En el mapa francés de pernoctas, vimos que se podía aparcar para pernoctar en el centro de visitantes. Bajamos de la auto y miramos todos los carteles para ver que no habiese ninguna indicación que prohibiese pernoctar allí expresamente. Así que cenamos temprano y dormimos en el interior de Connemara. Fue una buena decisión, porque al día siguiente el lugar estaba repleto de gente y hubiese sido difícil aparcar la autocaravana allí sin llegar temprano.
Día 4 de agosto. Connemara National Park, Bahía de Galway, The Burren y Acantilados de Moher
He escrito este post específico sobre Connemara National Park, donde os explico los tipos de senderos, las exposiciones en el centro de visitantes y demás información. A nosotros nos fascinó todo lo que envuelve al ecosistema de las turberas, desconocíamos totalmente esta forma de paisaje, tengo que reconocer que me costó entender las características por las que se forman, pero me resultó interesantísimo todas las costumbres que giran alrededor de ellas.
Almorzamos en la cafetería del parque, había muy buen ambiente, con mesitas de merendero en el patio y muchas familias almorzando. Los peques comieron unos potitos que yo llevaba y nosotros sopas y una quiché (24 euros).
Tras el almuerzo partimos dirección Galway, por el camino volvimos a descubrir sitios preciosos y nos íbamos fijando en todas las zonas abiertas en el terreno dispuestas para extraer la turba (se ven en la siguiente fotografía).
No teníamos intención de conocer la ciudad de Galway, la bordeamos y nos dirigimos al sur, hacia su había, la Bahía de Galway. Allí llevábamos anotado, sacado de nuestro mapa francés, un punto de pernocta en un pequeño parking de tierra frente a la bahía, pasada la localidad de Kinvarra, en una pequeña población llamada Bealaclugga. El parking no estaba mal, pero lo vimos un poco solitario y aun era muy temprano para ya pararnos a pernoctar, así que decidimos ir a conocer uno de los sitios que más curiosidad me producía de Irlanda, El Burren. Desde ese parking ya nos podíamos hacer una idea de como era el terreno que nos íbamos a encontrar (fijaos en la montaña que se aprecia en la siguiente foto, un macizo entero rocoso sin nada de vegetación).
No os creáis, aquel parking frente a la bahía era muy pequeño, pero costó un montón que mis hijos se quisiesen ir de allí porque había una pequeña zona que llegaba al agua donde había mucho barro, así que empezaron a jugar a hacer cangreburgers de barro como las de Bob Espoja y no había manera de volverlos a montar en el vehículo; los pobres habían pasado un buen rato sentados hasta llegar allí, así que decidimos quedarnos un rato jugando.
The Burren es un gran terreno rocoso, significa literalmente "lugar pedregoso", ejemplo de paisaje kárstico en una amplísima zona que mide 300 km cuadrados. Allá por el siglo XVII el topógrafo de Cromwell definiría perfectamente este terreno de forma concisa con unas frases muy curiosas "en esta zona no es posible matar a un hombre porque no hay agua para ahogarlo, árbol para ahorcarlo y ni tan siquiera tierra para enterrarlo". Además de por su peculiar orografía, esta zona es importante por contener diversos asentamientos arquelógicos. Nosotros nos decidimos por conocer el Dolmen de Poulnabrone (palabra que viene del irlandés "agujero de penas"), un enterramiento datado entre 4000 a 3000 años antes de Cristo.
Hay un aparcamiento junto a la carretera para aparcar y conocer esta zona junto al dolmen. A mi fue uno de los lugares que más me sorprendió de Irlanda, me pareció un sitio muy curioso.
Hacía un sol estupendo, mis hijos quedaron aducidos por el lugar, no había manera de que se quisiesen marchar. Imaginaros miles de rocas a baja altura para subir y bajar; los pequeños escaladores no tenían tregua. Ademas los agujeros en los rocas con agua de lluvia cristalina eran un reclamo para chapotear con las manos, tirar cosas dentro...
Estuvimos bastante rato jugando en The Burren. Pero ya teníamos que marcharnos y buscar donde pernoctar. Unos días antes leyendo cosas por internet, me encontré con un diario de una familia que había recorrido Irlanda en su autocaravana y contaba en un foro que habían pernoctado en el parking de Los Acantilados de Moher. Así que decidimos probar suerte. Llegamos al parking pasadas las 8 de la tarde y las taquillas para entrar en él estaban cerradas; pero decidimos entrar por una zona donde estaban las barreras levantadas y nos fijamos que entraba y salía la gente. El parking es gratuito comprando la entrada a los acantilados (6 euros por adulto), como cuento, las taquillas para entrar al parking/acantilados estaban cerradas, pero el recinto permanece abierto al público siempre y se puede pasar sin ninguna restricción incluso en la noche. Así que decidimos aparcar y si teníamos que pagar, lo haríamos al día siguiente al salir.
Los Acantilados de Moher los visitamos por turnos, es decir, los niños se quedaron en la auto, fui yo primero y después mi marido. Yo no sabía muy bien como iban a estar las medidas de seguridad y me daba miedo ir con los niños. Tengo que decir que después de visitarlo vi que hay una zona perfectamente acotada y sin riesgo de caída, pero hay otras zonas donde el camino va a ras del acantilado (yo por allí no fui) y donde está perfectamente especificado en carteles que es peligroso y si tomas ese sendero es bajo tu responsabilidad. El lugar es absolutamente precioso, otra vez nos pasó lo mismo, al estar cerrado ya todo (tiendas y taquillas; pero el recinto está siempre abierto), en el lugar había muy poca gente y fue un placer contemplar el atardecer desde allí casi en solitario.
Pernocta: Parking de Los Acantilados de Moher. Como llegamos después del cierre del parking no lo pagamos, estaban cerradas las taquillas. El parking es gratuito pagando la entrada al recinto, pero al día siguiente nosotros ya no íbamos a entrar de nuevo en el recinto, ya lo habíamos visto. Por ello por la mañana, estuvimos mirando por si teníamos que pagar al menos el parking, pero vimos que no, que la barrera de salida esta levantada, así que salimos y continuamos nuestro viaje.
Día 5 de agosto: Spanish Point y Doolin
A la mañana siguiente temprano, tras salir del parking de Cliffs of Moher, nos dirigimos por la costa unos pocos kilómetros al sur, hasta Spanish Point. Se trata de una playa en el condado de Clare, que tiene este nombre tan curioso por ser uno de los puntos donde sucedieron varios hundimientos de los buques de la Armanda de Felipe II como os explico en este post detallado. Para nosotros, amantes de la historia, era un lugar importante. Es un lugar de vacaciones, con hoteles y casas de verano. Nos parecieron muy curiosas todas las referencias a la Armada española que vimos por la zona, por ejemplo hoteles y restaurantes que se llamaban "Armada". Como ya os he explicado, los españoles desconocemos esta parte de nuestra historia en Irlanda, pero los irlandeses la tienen muy presente y casi todo el mundo con los que hablamos sabían algo el tema.
En los ochenta, los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, acudieron a la playa de Spanish Point para conmemorar los 400 años de los hundimientos y queda en el lugar un monolito como recuerdo.
Allí desayunamos y pasamos la mañana jugando en la playa, hizo un bonito día de sol y los peques disfrutaron mucho.
Antes de medio día tomamos rumbo a Doolin, un pequeño pueblo con una fantástica ubicación bajo los Acantilados de Moher y desde donde salen los ferrys a las islas Aran. Nos parecía interesante llegar al camping temprano para así aprovechar las ventajas del mismo todo el día (wifi, duchas, lavadoras, parque infantil...). Nos quedamos en Nagles camping, un lugar preciso. Como veis en la siguiente fotografía nuestro almuerzo en el camping fue de lujo, al aire libre y con unas vistas de excepción de los Acantilados de Moher desde abajo.
Pasamos una siesta tranquilos en el camping, después estuvimos un rato en el bonito parque infantil del recinto jugando con los niños irlandeses que pasaban allí sus vacaciones y por la tarde fuimos a dar un paseo al pueblo (a menos de dos kilómetros de nuestro alojamiento) y allí fuimos a cenar al Pub de Gus O´Connor. Éste es uno de los pubs más conocidos en el área por su comida y por la bonita música tradicional que suena todas las noches.
Estaba hasta arriba de gente, tuvimos que esperar un rato para conseguir mesa, pero mereció la pena. La comida estaba muy buena, pedimos mejillones locales, estofado de carne, salmón, tiras de pollo y postre (en su web podréis ver los precios, no recuerdo bien, pero creo que nos costó alrededor de 60 euros). Lo mejor de lo mejor, la música tradicional irlandesa. Impresionante la voz de la chica que cantaba y los acordes fantásticos. De la parte musical no tengo fotos porque era tarde, mis hijos estaban cansados, tuvimos que cogerlos en brazos y no me quedaban manos para la fotografía. Como se había hecho de noche mi marido fue andando al camping y nos recogió con la auto.
Pernocta: Naples Camping en Doolin. 28 euros el día.
Día 6 de agosto: Islas Aran (Inisheer) y emprendiendo el camino de vuelta
En este post sobre las Islas Aran, podrás consultar nuestra visita detalladamente. Son unas islas muy peculiares, donde por su clima inclemente y su poca accesibilidad, se ha preservado el gaélico e innumerables costumbres de la tradición irlandesa. Muy interesante la visita por sus construcciones con caminos surcados por muros de piedra sin argamasa, por sus restos arqueológicos, playas con focas y demás lugares de interés. Solo se puede acceder a ellas en ferry sin vehículo o avioneta, por ello hay muy pocos coches y su visita alquilando bicicletas o carros tirados por caballos, es muy recomendable.
Pasamos un día estupendo, la decisión de cambiar de planes para conocerlas unos días después ya con buen tiempo, fue muy acertada. Nos hizo un día estupendo y pudimos alquilar las bicicletas.
Tras la visita a las islas, llegamos al puerto de Doolin donde nos esperaba nuestra autocaravana sobre las 5 de la tarde (en el puerto hay un parking donde, previo pago, podrás dejar el vehículo y tomar el ferry a las islas). Teníamos que adelantar camino para nuestra vuelta a Belfast, en dos días tomábamos desde allí el vuelo de regreso a casa. Así que tras bajar el ferry, merendamos algo y nos dispusimos a cruzar la isla por el centro en dirección norte. Por el camino discutimos donde parar, llevábamos una guía de campings que nos habían dado en la sede de Bunk Campers y mirándola decidimos parar en un camping por el centro de Irlanda, en Athlone, en la pequeña población de Ballykeeran. Nos quedamos en un camping a orillas del lago Ree, Lough Ree Caravana Park.
No aceptaban tarjeta, así que al llegar, fuimos a sacar dinero a un cajero y a comprar algo en el supermercado que estaba a unos kilómetros. El camping era más pequeño y modesto, el parque para los peques era un simple columpio. Pero aun así pasamos un atardecer divertido tirando migas de pan a los patos del lago.
Pernocta: Loug Ree Caravan Park (27 euros)
Día 7 de agosto: En el centro de Irlanda en el lago Ree, Valle del Boyne, Monasterboice y Belfast
Esa mañana la pasamos organizando el equipaje, porque al día siguiente teníamos que devolver el vehículo y no sabíamos a qué hora llegaríamos ese día a Belfast. Así que salimos algo más tarde de lo previsto.
Teníamos planeado ir a conocer alguno de los dos monasterios más importantes de Irlanda durante nuestro trayecto hacia el norte, ambos con cruces medievales preciosas. Por un lado está Clonmacnoise, que estaba a tan solo unos kilómetros de nuestro alojamiento, pero había que desviarse hacia el sur, por ello decidimos no visitarlo. Nos decidimos por Monasterboice, primero por contener, según dicen, la cruz celta más bonita de Irlanda y porque nos venía mejor en nuestro camino hacia Belfast.
Queríamos evitar las autovías que circunvalan Dublín, así que a la altura de Kinnegad dejamos la autopista que cruza el centro de Irlanda y nos dirigimos por carreteras secundarias hacia Trim. Pasamos por el centro de la ciudad, no pudimos parar porque no queríamos perder tiempo para llegar a la hora del almuerzo a las ruinas del monasterio y que los niños no se cansasen, pero nos pareció una ciudad preciosa. Al pasar Trim nos adentramos en el bonito Valle del Boyne, con un paisaje diferente a lo que habíamos visto en el oeste. Sin duda volveremos a Trim y a este lugar en nuestro siguiente viaje a Irlanda para conocer los lugares de la famosa batalla que dividiría el país, la batalla del Boyne y todas sus zonas arqueológicas (como Bru na Bóinne o la Colina de Tara).
Llegamos a Monasterboice sobre las 3 de la tarde, almorzamos en el parking en nuestra auto y fuimos a conocer las ruinas del monasterio. Me sorprendió muchísimo porque es un cementerio de pueblo como cualquier otro, solo que el recinto tiene grandes joyas de valor patrimonial, sus cruces celtas, pero están allí como si nada, entremezcladas entre las lápidas modernas del cementerio. Descubrimos que ese día había misa por la tarde, se celebraba algo y había mucha gente adecentando las lápidas de sus familiares. Pasamos allí un buen rato y no os podéis imaginar la cantidad de gente que llegó para escuchar la misa, hasta habilitaron parkings improvisados en las fincas vecinas, sabíamos de la religiosidad de los irlandeses, pero de verdad que nos sorprendió.
Monasterboice se fundó como monasterio en el siglo V por San Buite, un discípulo de San Patricio. La cruz más famosa, según dicen la más bonita de Irlanda, es la Cruz de Muiredach, el nombre se lo da el posible autor que parece que la firma (o no sabe si el prior del monasterio en ese momento). Es del siglo X, las escenas labradas son preciosas y de gran precisión para la época. Mide 5,5 metros y está hecha en tres bloques. Se escenifican escenas bíblicas como el juicio final, la adoración de los Reyes Magos, David contra Goliat...
Junto a la base una de las escenas que se suele repetir en las grandes cruces celtas, Adan y Eva con la manzana y Caín matando a Abel.
Junto a la torre circular está la West Cross o Tall Cross que mide 6,5 metros, es una de las más altas de Irlanda. No está tan bien conseguida como la anterior, pero sus bajorrelieves también son muy interesantes.
La más simple de las tres es la North Cross, que representa en el centro la crucifixión.
Salimos del monasterio y nos dirigimos a Irlanda del Norte, llegamos a Belfast sobre las ocho de la tarde y nos fuimos directos a nuestro lugar de pernocta.
Pernocta: La última noche en Irlanda la pasamos en el Camping Dundonald Caravan Park, un pequeño camping a las afueras de Belfast, que nos venía estratégicamente bien para al día siguiente devolver nuestra autocaravana en Bunk Campers. 23 euros la noche
Día 8 de agosto: Entrega de la autocaravana y vuelo de vuelta a casa
A medio día teníamos que tomar nuestro vuelo, así que fue un día de puro trámite. Devolvimos la autocaravana en Bunk Campers sin ningún problema y pusimos rumbo al aeropuerto.
Esta ha sido toda nuestra aventura, espero que os haya servido de ayuda. Si es así deja un mensaje en los comentarios, sacar tiempo para hacer una guía tan extensa no es fácil y agradezco mucho vuestros comentarios. Os espero en Facebook esperando mis próximos relatos sobre Irlanda ;-)
¡Gracias a Irlanda y a los irlandeses!! Ha sido un viaje maravilloso.
Viajó con nosotros la guía de viaje del País Aguilar, es una guía que me gusta, suele dar detalles históricos y artísticos que son de nuestro interés.
En este post os detallaremos toda la ruta, pero hemos escrito artículos más completos de algunas de las zonas visitadas, en todo este post encontraréis los enlaces de estos artículos, pero para haceros más fácil el encontrarlos os detallo todos los artículos de Irlanda escritos a parte de éste:
-Próximo destino Irlanda en autocaravana: Tras los pasos de la Armada
-Irlanda en autocaravana con Bunk Campers
-Belfast con niños y tour de murales en español
-¿Derry o Londonderry? Un paseo por sus antiguos barrios de conflicto (murales y mucho más)
-Islas Aran en bicicleta
-Naufragios de la Armada de Felipe II: Una historia que nos une a Irlanda
-Parque nacional de Connemara: Senderos y zonas para niños
Nos quedan más artículos específicos que publicar sobre Irlanda (Connemara....), para estar atentos a estas publicaciones síguenos en Facebook.
Nuestra ruta:
Día 28 y 29 de julio: Belfast
En nuestro post "Belfast con niños y tour de murales en español", os contamos nuestras experiencias en la ciudad, hotel, restaurantes y paseos. Uno de los top en la misma, es el paseo por los murales, nosotros lo hicimos en español con Belfast Millie Tours y nos gustó mucho. A mis hijos pequeños una de las visitas que más les gustó fue la del museo del Ulster, con muchas actividades para niños y adultos. ¡Pasaros por el post para conocer algo más de esta interesante ciudad de nuestra mano!
Día 30 de julio: Recogida de autocaravana, The Dark Edges y Bushmills
Tras pasar una mañana llena de enredos en Belfast, a medio día nos dirigimos a la sede de Bunk Campers. En este post os dejo todos los detalles sobre nuestro alquiler de autocaravana y sobre el funcionamiento de las mismas. Fueron nueve maravillosos días recorriendo Irlanda con ella. Era la primera vez que alquilábamos una auto, así que teníamos miles de dudas, pero el chico de la empresa de alquiler fue súper amable, nos enseñó el funcionamiento de todo y nos resolvió con paciencia todas las dudas durante más de dos horas.
Como os he contado, yo llevaba de casa algunas cosas, como por ejemplo una bayeta y un bote de producto de limpieza. Así que durante un rato estuvimos en el aparcamiento limpiando un poco (aunque tengo que decir que nos entregaron el vehículo muy limpio, pero siempre gusta repasar un poco) y ordenando todo nuestro equipaje dentro de la caravana. La zona donde se recoge el vehículo es un área comercial al sur del Belfast, pasamos allí un rato sumergidos en estas tareas y cuando nos dimos cuenta las tiendas habían cerrado y el parking también estaba cerrado. ¡Pánico, estábamos encerrados dentro! Menos mal que aún quedaba un coche, nos acercamos, en ese momento salía hacia él la trabajadora de una tienda, la última que quedaba y nos abrió el parking. ¡Menos mal!
Un poco inseguros empezamos a conducir por la izquierda, también la primera vez. Pero con precaución y un copiloto apañado, se resuelve todo sin problema. Estábamos al sur, así que cruzamos Belfast que era lo que pensábamos que nos supondría más enredo, pero la verdad que todo fue muy bien.
Al norte de Belfast, cerca del aeropuerto internacional y a medio camino hacia Antrim; paramos en un área de servicio llamada Applegreen, que estaba muy bien, había una zona de juegos con toboganes muy chula para los peques. Allí compramos comida en el supermercado, al menos para desayunar al día siguiente, que sería domingo y no sabíamos si las tiendas estarían abiertas (nos ha sorprendido que en Irlanda hay muchos supermercados abiertos en domingo y hasta altas horas). Había un restaurante muy simpático con muchos tipos de comida "take away", nos gustó el aspecto de la comida china, así que allí mismo por tan solo 11 libras compramos la cena. La chica que nos atendió era de Alicante, fue muy agradable, nos explicó el procedimiento de las comidas que podíamos mezclar por el mismo precio en distintas cajas de cartón. Compramos fideos chinos, ternera y pollo de distintos tipos. Todo estaba riquísimo y fue una inauguración muy divertida para los peques (con sus cajas y palillos) de primera comida dentro de la auto.
Pero esto sería más tarde, aún nos quedaba parar en uno de los escenarios más bellos de Juego de Tronos en Irlanda. Nos dirigimos hasta The Dark Edges, que está cerca de un pueblo llamado Armoy. Yo llevaba la localización GPS anotada en el móvil en favoritos de la App Here (una aplicación gratuita GPS que os recomiendo que os descarguéis porque está genial), cuando estábamos ya cerca del lugar mi batería se agotó y no me acordaba donde tenía el cable del cargador. Pensamos que más o menos encontraríamos el lugar, ya estábamos en la carretera hacia Armoy y solo nos quedaba un desvío; pero nos dimos cuenta que no había ninguna indicación en la carretera y que no era tan fácil encontrar el camino. Vimos un chico con un tractor en su finca entrando en un camino, nos dirigimos hacia él para preguntarle y fue toda una suerte, porque ese mismo camino era el que debíamos tomar (no había indicación). El chico nos dijo que siguiésemos recto y que pasados tres cruces encontraríamos la arboleda de The Dark Edges.
The Dark Edges es un camino surcado por preciosos árboles con ramas intrincadas, que le confieren un aspecto muy peculiar y fue votado como uno de los túneles formados por árboles más bonitos del mundo. Es un lugar muy especial, pero su gran fama llegó a través de la serie de TV Juego de Tronos. En ese escenario, los seguidores de la serie sabréis que fue donde se grabó la huida hacia el Norte por "El Camino Real" de Aria Stark disfrazada de chico. Por su gran fama desde entonces, dicen que es muy difícil encontrarlo sin gente y poder hacer una buena foto; pero como nosotros fuimos al atardecer, pasadas las ocho treinta de la tarde, había poca gente y pudimos hacer fotos bonitas.
Esto ha sido una de las mayores ventajas de viajar en autocaravana, que podíamos estar muy temprano o muy tarde en los lugares y hemos vivido escenas preciosas muchas veces nosotros solos. Pasamos un rato viendo a las vacas que pastaban al lado y paseando tranquilamente.
Ya casi anocheciendo (en Irlanda anochece en verano bastante tarde, sobre las 22:15) llegamos a Bushmills, el pueblo que es puerta de entrada hacia la Calzada del Gigante. Estaba en fiestas y todo estaba adornado con banderas, por supuesto en esa zona banderas británicas, con un montón de fotos del Rey William III (ya os expliqué en mi artículo sobre Belfast sobre la importancia para los protestantes en esta zona de este rey, vencedor de la batalla del Boyne).
En la calle principal que cruza el pueblo, frente a los aparcamientos de la famosa destilería de Wiskey irlandés Bushmills (nosotros no fuimos a visitarla, pero se puede hacer un tour por ella), se encuentra un supermercado de la cadena Spar, que abre hasta altas horas. Allí compramos unas cuantas de cosas y nos fuimos a pernoctar en un lugar encontrado en nuestro mapa francés de pernoctas gratis. Muy simpático es que el supermercado tiene carros de la compra pequeñitos para los niños, mis hijos lo pasaron muy bien ayudando a hacer la compra.
Pernocta: El lugar elegido fue un parking en el pueblo de Bushmills habilitado para aparcar y desde allí tomar un bus gratuito que lleva a La Calzada del Gigante, es decir, un parking secundario en el pueblo, pensado para descongestionar los parking principales del recinto de La Calzada. El parking tiene servicios (toilette, no duchas porque no es parking pensado para pernoctas), pero solo abren de 8 de la mañana a 8 de la tarde. No hay ningún cartel que diga que la pernocta en autocaravana está permitida, pero tampoco ninguno que ponga que no lo está. Había dos autocaravanas más pernoctando allí a parte de nosotros y el lugar nos pareció tranquilo y no muy solitario al estar en el mismo pueblo. Nos gustó el lugar, aunque sí lo hubiésemos sabido nos hubiésemos ido directamente al aparcamiento del Centro de Visitantes de la Calzada del Gigante para pernoctar la primera noche allí, así hubiésemos estado desde primera hora en el lugar y no hubiésemos tenido que dar tantas vueltas, ya que al día siguiente fuimos tres veces al aparcamiento de La Calzada y hasta la tercera no nos dejaron entrar con la auto para aparcar (allí el parking está abierto, no tiene barrera, no hay carteles de pernocta permitida, pero preguntamos a un guarda del parking, que nos dijo que expresamente permitida no estaba la pernocta, pero que algunas autos solían pernoctar allí y ellos no les ponían problemas; simplemente por la mañana había que tener la precaución de irse temprano o de pagar el aparcamiento para quedarse allí viendo La Calzada). En la foto aparece la indicación hacia el parking de Bushmills y un poquito del mismo vacío (zona vallada verde).
Día 31 de julio: Castillos de Dunluce, Puerto de Ballintoy y Calzada del Gigante
Tras el desayuno, en vez de tomar el bus desde Bushmills, decidimos ir en nuestra auto hasta el Centro de Visitantes de la Calzada para aparcar allí y visitar la zona. Como os he dicho, un error, porque no dejaban entrar a las autocaravanas en el parking del Centro de Visitantes, era domingo y había muchísima gente. Te desviaban a otro parking de pago que estaba en una estación de tren cercana y nosotros con los niños no queríamos ir tan lejos a aparcar.
A muy pocos kilómetros estaba el Castillo de Dunluce, otro escenario de Juego de Tronos, así que decidimos ir a conocerlo.
El Castillo de Dunluce está en la famosa ruta costera del Atlántico en el norte. Está sobre un acantilado a los pies del mar. Hoy en día es un castillo muy famoso por ser elegido por los escenógrafos de la serie de TV Juego de Tronos para dar vida al Castillo de Pike en las Islas del Hierro, donde la familia Greyjoy tiene su frío y húmedo hogar. En esta fantástica entrada del blog Viajarcode:Verónica tenéis muchísima información sobre los distintos escenarios de la serie en Irlanda del Norte.
Este castillo data del s XV, construido por el clan de los MacQuillan, pero en 1550 fueron expulsados por los MacDonnell, una familia descendiente de los escoceses MacDonald, que se convirtió en la familia dominante de las tierras del norte del condado de Antrim. Esta familia eran férreos enemigos de la corona inglesa, luchando durante décadas contra ellos. A nosotros nos interesaba la visita por ser uno de nuestros puntos importantes en la historia de los naufragios de la Armada de Felipe II, que como explico en este post detallado sobre el tema, había sido el motor de nuestro viaje. Es relevante porque uno de sus ocupantes, Sorley Boy MacDonnell, ayudaría a multitud de españoles de esos naufragios para que no fueran apresados por los ingleses. En nuestro otro post que estamos confeccionando sobre la ruta de los naufragios de la Armada os hablaremos más extensamente sobre este castillo.
Además fue clave también en el proceso de colonización del norte de Irlanda en el s XVII, que, como ya os conté en mi post sobre Belfast, sembraría la semilla del conflicto político-religioso en el Ulster hasta nuestros días. Es importante a este respecto, porque en 1603 subió al trono inglés James VI de Escocia, encontrando un aliado en los MacDonell, que ayudarían a la monarquía inglesa en el proceso de colonización.
La entrada a las ruinas del castillo cuesta 5 libras, gratis para los menores de cinco años. Nos pareció que era un lugar muy interesante por su historia, así que decidimos entrar y pasear un rato por el recinto (te dan un pequeño mapa con buenas explicaciones en español). Subimos a la torre, cruzamos el puente y estuvimos jugando un rato en los hornos de las ruinas de las cocinas a hacer pizzas de piedras je je je.
Hay un camino que baja al pie de los acantilados. Una zona preciosa para pasear. El castillo que sale en Juego de Tronos está muy retocado por ordenador sobre estas ruinas, pero los acantilados sobre el que aparece el castillo, son los mismos.
Si queréis hacer la foto del castillo encaramado sobre los acantilados, os doy las indicaciones. Si venís desde Bushmills llegareis al castillo por la carretera de la costa, pues pasando el castillo, a menos de un kilómetro de él, siguiendo la carretera de la costa se llega a una zona de merenderos con un mirador al mar y estas vistas.
Terminada la visita volvimos al parking del Centro de Visitantes de la Calzada del Gigante y otra vez la misma historia, no podíamos aparcar en ese recinto. Así que decimos ir a otra de las localizaciones de Juego de Tronos que estaba a unos 15 km de allí. El Puerto de Ballintoy, donde Theon Grayjoy llegaría en su barco a sus añoradas Islas del Hierro.
Es un puerto pequeño rodeado de calas para pasar un rato divertido con los peques. La carretera que baja hacia el puerto es estrecha, hay que bajar con precaución tanto en coche como en autocaravana, aunque todo el mundo conducía de forma prudente y si venía un vehículo en sentido contrario hacíamos intentos ambos para hacernos entender y poder pasar. No sé si era porque era domingo, pero estaba lleno de gente. Allí solo está el pequeño puerto y un pub. Hay dos zonas de parking una con gálibo, donde nosotros por la altura no podíamos pasar y otra para todos los vehículos. Mi marido se quedó esperando a que hubiese un hueco mientras yo jugaba en las rocas con los peques, hasta que quedó un aparcamiento libre y tras múltiples maniobras (el espacio de todo el lugar es estrecho), conseguimos aparcar.
Fue curioso porque nos alejamos y nos fuimos a jugar a una cala cercana tranquila. Como os he contado, llevaba las fantásticas indicaciones de localizaciones de Juego de Tronos del blog "ViajarCode:Verónica", donde indicaba que en una cala cercana se había rodado el bautizo de Theon Greyjoy en la playa, pero por ahora no nos habíamos puesto a investigar. Estamos observando a nuestros hijos jugar en la arena sentados en una roca y de repente mi marido me dice ¿no es esa la música de Juego de Tronos? Efectivamente, nos volvemos y al lado de nosotros había un tour de la serie, el guía con ordenador en mano, les estaba poniendo la escena del bautizo y con esquemas de fotos en papel les explicaba cuáles fueron las zonas de rodaje y las cosas retocadas por ordenador. Mira por donde nos enteramos perfectamente de todo.
Fuimos a dar un paseo por el puerto, había unos niños que pertenecerían a un club, tirándose al agua, con ropa de neopreno claro está y haciendo pequeñas competiciones. Serían las dos y media de la tarde y daba la casualidad que acababan de llegar los barcos de pesca. Los pescadores estaban limpiando el pescado y haciéndolos filetes, mientras echaban los desperdicios a las alegres gaviotas. Mis hijos contemplaban encantados la escena.
De repente veo que entregan una bolsa con pescado a alguien y le digo a mi marido, que tiene mejor inglés que yo, que le pregunte a los pescadores si les pueden vender pescado. Mi marido me dice que no, que le da corte, así que ni corta ni perezosa me acerco al pescador y le digo "Can I buy fish?" Je je las mujeres con determinación llegan lejos... El pescador y yo nos entendemos perfectamente y por 4 libras me vende 8 caballas ya arregladas y hechas filetes. Me dijo que hacía solo tres horas que habían sido pescadas y la verdad es que se notaba en el sabor, riquísimas.
Ese día haríamos un almuerzo genial allí mismo frente al puerto en nuestra auto, caballa a la plancha con ensalada.
Tras descansar un poco, otra vez nos fuimos a intentar aparcar en el parking de la Calzada. Llegamos e igual, un chico del parking me dice que nos tenemos que ir a la estación de tren a aparcar. Otra vez sale de mi la mujer que habla poco inglés pero que tiene mucha determinación je je y le dije al hombre que por favor, que nos indicase otro sitio de parking más cercano, que nosotros teníamos dos niños muy pequeños y que no podíamos ir tan lejos para volver andando. Esta vez el chico mira dentro de la auto, ve a los niños y nos dice que podemos subir a la zona de parking dedicada a buses y vehículos grandes. Me da rabia porque el área estaba casi vacía al llegar y sin embargo nos seguían desplazando; imagino que sería política de la empresa para no colapsar el parking de buses.
Visitar la Calzada del Gigante en realidad es gratuito. Te cobran una entrada que sirve para entrar al Centro de Visitantes y para el parking. Pero se puede acceder al camino que baja a la Calzada sin tener que enseñar ningún ticket. Cuando aparcamos nos dijeron que fuésemos a comprar el ticket, pero en ningún momento nos lo pidieron (para entrar en el Centro de Visitantes si hay que enseñarlo). Nosotros, sea como fuese, compramos las entradas (9 libras adultos y gratis menores de 5 años), pasamos un rato en el centro de visitantes viendo las demostraciones de cómo se formó todo y recogimos nuestras audioguías en español (incluidas en el precio y muy recomendables).
La zona de la costa con bonitas formaciones geológicas es amplia y hay varios senderos. Hay un bus que por una libra (niños menores de cinco años gratis) lleva directamente a la zona de La Calzada propiamente dicha (el camino de piedras que entra hacia el mar) y después por otra libra sube al centro de visitantes de nuevo. Este camino que baja desde el centro de Visitantes a la Calzada propiamente dicha es el azul del mapa.
Lo más recomendable es bajar andando por este "camino azul del mapa" escuchando la audioguía y después si estáis cansados para hacer la vuelta, tomar el bus hacia el parking. Pero la cuesta de bajada no es muy pronunciada, así que nosotros decidimos hacerlo al revés, bajar en bus para ahorrar tiempo y subir andando; porque en torno a las 18:30 o 18:45 subiría el último bus, por tanto, el bus a la vuelta no nos daría tiempo de tomarlo y a la fuerza habría que volver a pie.
Calzada propiamente dicha
Hay varios trails para hacer, pero como os cuento, el indispensable es de color azul (el que os comento que se puede hacer en bus), de 1,2 kilómetros. A la bajada podéis ir observando lo que las audioguías os van indicando. Como las cáscaras de cebollas o el camello, paisaje típico del lugar. En la foto el camino de bajada.
Hay que echarle imaginación para ver el camello, pero si te fijas se ve bien, a mis hijos les hizo ilusión.
Llegamos a la calzada propiamente dicha, pero había mucha gente sobre ella, así que decidimos andar un poco hacia más adelante, hacia la bota del gigante y contemplamos el paisaje de Los Órganos a lo lejos.
Fue buena decisión, porque un poco más tarde habría mucha menos gente sobre la calzada y pudimos hacer fotos más bonitas. El lugar es muy mágico, impresionan la cantidad tan espectacular de columnas de basalto con su geometría perfecta.
Pernocta: Llegamos de nuevo al parking tras el paseo, como os conté vimos que allí, en el parking principal de La Calzada, hubiese sido posible pernoctar, pero ya habíamos visitado La Calzada, no merecía la pena amanecer allí. Teníamos planeado adelantar camino y pernoctar en Derry, pero estábamos cansados, vimos que el aparcamiento del día anterior en Bushmills había sido seguro y decidimos repetir en el mismo lugar.
Día 1 de agosto: LondonDerry, Grianan Aileach Ring Fort, Lago Melvin, Streedagh Beach y Grange
Pasamos una buen pernocta en Bushmills, tras el desayuno los niños jugaron un rato en un parque cercano mientras yo recogía y unos instantes después, partimos rumbo a Derry (nombre que dan los republicanos) o Londonderry (nombre que le dan los unionistas). Según con quien hablases o las indicaciones que leyeses, llamaban a esta ciudad de una u otra manera, pequeños detalles que aún hoy dan muestra del pasado convulso de este lugar lleno de polémicas y conflictos durante los Troubles (conflicto del Irlanda del Norte). De esto y mucho más, os hablamos en nuestro post "¿Derry o Londonderry? Un paseo por sus antiguos barrios de conflicto".
Tras la visita al Free Derry, barrio católico de Londonderry, con sus peculiares murales, tomamos rumbo a Grianan Aileach Ring Fort.
Es un fuerte circular del s V, construido en una zona elevada con vistas privilegiadas de los lagos Swilly y Foyle, además desde allí se pueden ver tres condados distintos, Donegal, Derry y Tyrone.
Os indico cómo se llega al fuerte. A tan solo unos pocos kilómetros tras salir de la ciudad de Derry por el oeste, ya se cruza la frontera de la República de Irlanda, sin ningún tipo de señalización expresa. Así que ¡ya estábamos en Eire!. Para llegar al fuerte circular hay que pasar por carreteras estrechitas porque el lugar está en medio de la nada, pero merece la pena la visita, es un lugar mágico. La carretera de acceso la cierran por la noche (no recuerdo bien si era a las 9 de la noche), pero el lugar es de acceso libre, no hay que pagar.
Junto al fuerte hay una pequeña zona de aparcamiento, allí había una furgoneta con una cafetería sobre ruedas para tomar un café o un dulce (no sé si estará allí siempre). Nosotros aparcamos nuestra auto allí y al bajarnos guauuuu, ¡qué vistas!. En el parking entablamos conversación con unos simpáticos irlandeses, conductores de dos buses de jóvenes españoles que estaban en Irlanda con familias aprendiendo inglés y ese día estaban de excursión allí. Nos explicaron que era lo que se veía desde todas las perspectivas del lugar, una de las más espectaculares las vistas del lago Swilly.
Mientras mi marido hacía el almuerzo en la auto, los peques y yo nos fuimos a investigar un poco por la zona. Como ya he dicho, el lugar es mágico. Alrededor hay algunos senderos por los que andaremos un rato.
Tras el almuerzo y un pequeño descanso, porque aún nos quedaban un par de horas de viaje, nos dirigimos al Lago Melvin. Uno de los puntos de nuestra ruta de Cuéllar, de la temática que nos llevó a decidirnos por hacer este viaje por Irlanda, la ruta por los naufragios de la mal llamada Armada Invencible.
Buscábamos los restos de un castillo que quedaban aun en medio de una isleta en el lago, donde resistió Cuéllar en un enfrentamiento con los ingleses, pero por más vueltas que dimos, no lo encontramos. Aun así, pasamos un rato fantástico en este lago, conocimos a un matrimonio con el que mantuvimos una animada conversación sobre los naufragios y sobre la historia de Irlanda. Os lo contamos con más detalle en el post "Nuestra ruta por los naufragios de la Armada de Felipe II en Irlanda". Desde allí nos dirigimos a otro punto de la ruta de Cuéllar, a Streedagh Beach, donde naufragó el barco de Cuéllar, el protagonista de la ruta.
Streedagh Beach es una amplia playa del oeste de Irlanda, próxima a las localidades de Grange y Sligo. Llegamos al atardecer y para nosotros fue muy emocionante contemplar esta imagen. Nos imaginábamos la escena aquí algunos siglos atrás, miles de cuerpos de españoles en la arena, el frío, el temporal...
Desde allí hay unas vistas fabulosas de la montaña más peculiar y característica de la zona, Benbulben (traducción del irlandés como algo así como "pico mandíbula").
Pernocta: En el mapa francés de pernoctas, anunciaba que se podía pernoctar en esta playa e íbamos dispuestos a dormir allí por libre. Pero cuando llegamos vimos que había un enorme letrero que especificaba que la pernocta estaba prohibida bajo multa. Así que nos vimos de noche y sin lugar donde quedarnos. No sabíamos si el camping de Rosses Point (al que teníamos pensado ir al día siguiente) estaría abierto a más de las 9 de la noche y estábamos cansados. Así que decidimos buscar alguna alternativa en Grange. Al pasar por un pub del pueblo vimos que tenía un pequeño aparcamiento bastante resguardado, así que decidimos entrar al bar, pedir algo de cena y preguntar si nos dejarían pernoctar allí. Fueron muy amables, nos dijeron que sin problema nos podíamos quedar allí a dormir, pero que no podían servirnos comida porque la cocina estaba cerrada ya. Como ya sabíamos que no teníamos que conducir más, nos tomamos una pinta en el pub y después improvisamos una cena en nuestra autocaravana. Lo pasamos realmente bien, nos reímos un montón con un grupo de amigos que había en la barra del pub, se interesaron por nuestra ruta y nos hicieron muchas preguntas. No dejábamos de sorprendernos de lo abiertos y agradables que eran los irlandeses.
Día 2 de agosto: Día de playa en Rosses Point
Nada más despertarnos en el parking del pub de Grange, ni siquiera desayunamos, recogimos las cosas y nos fuimos hacia Rosses Point. Una bonita playa tranquila de la ciudad de Sligo donde teníamos pensado pasar el día en su camping (ya teníamos que parar en uno para hacer las típicas cosas de mantenimiento de caravana como llenar de depósitos y desaguar). El camping tenía unas vistas preciosas.
Era la primera vez que nos quedábamos en un camping, no sabíamos muy bien como era el procedimiento de reserva. Íbamos con un poco de miedo por si no había plazas, pero no hubo problema, llegamos sobre las 9 de la mañana, nos asignaron nuestro puesto, desayunamos y después mi marido se puso a hacer las cosas de mantenimiento (llenar depósitos..) y yo la colada (había lavadoras y secadoras que funcionaban a monedas). Tras estas labores nos fuimos con los peques a la playa.
Nos encantó, la playa era amplísima (aunque me sorprendió todo lo que cambia la marea, porque por la tarde no quedaba nada de la amplia playa), había un faro en la lejanía y las típicas estampas irlandesas del verde de su paisaje llegando hasta la playa.
Los días anteriores habían sido muy buenos, pero en este punto nos cambió el tiempo por unos días y hacía frío con amenaza de lluvia, aunque ese día no llovió. La verdad es que nos dio igual, mis hijos lo pasaron genial jugando en la arena y en la playa había un ambiente muy entretenido de surfistas y valientes bañistas.
Por la tarde no hicimos gran cosa, pasear, ir a hacer la compra a un pequeño supermercado cercano y jugar en el parque del camping con los peques. Ese día conocimos a la familia de Collin, que fueron muy amables y con los que tuvimos unas interesantes conversaciones.
Pernocta: En el camping Greenlands caravanpark de Rosses Point (27 euros)
Día 3 de agosto: Parque pirata de Westport House y Connemara
Amaneció un día espantoso, el peor del viaje. Lluvia con ráfagas de viento. Así que decidimos cambiar la ruta, teníamos pensado ir desde allí a Rosavealt, un pequeño puerto cercano a Galway donde pernoctaríamos y al día siguiente tomaríamos el ferry a las Islas Aran. Pero con ese mal tiempo no era buena idea ir a las islas, porque allí queríamos alquilar bicicletas y con lluvia no lo podríamos hacer. Así que cambiamos todo, decidimos posponer la ruta por las islas Aran hasta unos días después, donde tomaríamos el ferry desde Doolin (pueblo próximo a los acantilados de Moher) y según la predicción meteorológica nos haría mejor tiempo.
Nos hizo muy mal tiempo, pero como ese día pasaríamos gran parte en carretera, no nos importaba. Creo que fue una de las jornadas donde más nos sorprendió el paisaje, el noroeste de Irlanda nos resultó absolutamente precioso. Allí empezamos a ver las bonitas casas tradicionales que teníamos muchas ganas de fotografiar.
Nos encaminamos entonces hasta Connemara National Park por la costa oeste de Irlanda, pero antes, a mitad de camino, queríamos hacer una parada en un lugar que nos parecía divertido para los peques, un peculiar parque de atracciones. Se trata de Westport House, un parque de aventuras pirata construido sobre lo que eran las propiedades de Grace O´Malley, la conocida reina pirata de Connacht. Esta mujer fue la jefa de uno de los clanes irlandeses de la zona en el siglo XVI, sus barcos dominaron con valentía los mares, de ahí ese apodo.
Hoy queda en pie la casa, construida sobre los restos de la casa de la antigua propietaria. Una mansión de estilo georgiano que se puede visitar habitación por habitación y con unos preciosos jardines alrededor.
Se puede visitar solo la casa o ella junto con el parque de aventuras. El parque de aventuras no es muy amplio, hay un trenecito pirata y una serie de atracciones para los más pequeños. También hay una gran área de parque de bolas bajo techo (lo que más disfrutaron mis hijos) y una zona de tirolinas y juegos para niños más mayores.
Aquí podéis ver los precios. A nosotros nos pareció que el precio era un poco elevado para lo que se ofrecía, pero tenemos que reconocer que nuestros hijos lo pasaron genial, son pequeños y con cualquier cosa se entretienen mucho.
Pedimos la comida en el restaurante del recinto (10-12 euros el plato), nos la pusieron para llevar y la comimos en unas mesas que había frente al parque de bolas. Mientras nosotros almorzábamos tranquilamente, los peques lo pasaban pipa en las bolas bajo nuestra supervisión (en este primer tiempo chispeaba un poco, así que nos vino bien estar allí bajo cubierto).
Después paró la llovizna y fuimos a ver la casa y a montarnos en las atracciones que estaban en el exterior. Pasamos un buen rato en el parque, cerraba a las 6, así que no nos pudimos entretener mucho más.
Salimos rumbo al Parque Nacional de Connemara, como os contaba, pasando por paisajes impresionantes.
Uno de ellos el Puerto de Killary, frontera natural entre el condado de Mayo y Galway, un entrante de mar precioso, remanente de la sumersión marina de antiguos valles glaciares. Precioso.
Ya en el interior de Connemara, llegamos a la pintoresca Abadía de Kilemore, uno de los edificios más fotografiados de Irlanda, pero cerraba a las 7 así que no pudimos verla. Al día siguiente la veríamos desde el exterior, pero os pongo aquí la imagen.
Llegamos casi a las ocho de la tarde al Centro de Visitantes del Parque Nacional de Connemara. El recinto y el museo cierran al público a las 17:15 horas, pero los senderos permanecen abiertos. Eran casi las ocho de la tarde, aparcamos la auto en el parking, que estaba casi vacío y fuimos a dar un paseo por la zona. Nuestros peques jugaron en un enorme parque infantil que hay justo al lado del Centro de Visitantes y después dimos un pequeño paseo por la zona, a mis hijos les encantó dar de comer a los burros y caballos que hay en las fincas junto al camino.
Pernocta: En el mapa francés de pernoctas, vimos que se podía aparcar para pernoctar en el centro de visitantes. Bajamos de la auto y miramos todos los carteles para ver que no habiese ninguna indicación que prohibiese pernoctar allí expresamente. Así que cenamos temprano y dormimos en el interior de Connemara. Fue una buena decisión, porque al día siguiente el lugar estaba repleto de gente y hubiese sido difícil aparcar la autocaravana allí sin llegar temprano.
Día 4 de agosto. Connemara National Park, Bahía de Galway, The Burren y Acantilados de Moher
He escrito este post específico sobre Connemara National Park, donde os explico los tipos de senderos, las exposiciones en el centro de visitantes y demás información. A nosotros nos fascinó todo lo que envuelve al ecosistema de las turberas, desconocíamos totalmente esta forma de paisaje, tengo que reconocer que me costó entender las características por las que se forman, pero me resultó interesantísimo todas las costumbres que giran alrededor de ellas.
Almorzamos en la cafetería del parque, había muy buen ambiente, con mesitas de merendero en el patio y muchas familias almorzando. Los peques comieron unos potitos que yo llevaba y nosotros sopas y una quiché (24 euros).
Tras el almuerzo partimos dirección Galway, por el camino volvimos a descubrir sitios preciosos y nos íbamos fijando en todas las zonas abiertas en el terreno dispuestas para extraer la turba (se ven en la siguiente fotografía).
No teníamos intención de conocer la ciudad de Galway, la bordeamos y nos dirigimos al sur, hacia su había, la Bahía de Galway. Allí llevábamos anotado, sacado de nuestro mapa francés, un punto de pernocta en un pequeño parking de tierra frente a la bahía, pasada la localidad de Kinvarra, en una pequeña población llamada Bealaclugga. El parking no estaba mal, pero lo vimos un poco solitario y aun era muy temprano para ya pararnos a pernoctar, así que decidimos ir a conocer uno de los sitios que más curiosidad me producía de Irlanda, El Burren. Desde ese parking ya nos podíamos hacer una idea de como era el terreno que nos íbamos a encontrar (fijaos en la montaña que se aprecia en la siguiente foto, un macizo entero rocoso sin nada de vegetación).
No os creáis, aquel parking frente a la bahía era muy pequeño, pero costó un montón que mis hijos se quisiesen ir de allí porque había una pequeña zona que llegaba al agua donde había mucho barro, así que empezaron a jugar a hacer cangreburgers de barro como las de Bob Espoja y no había manera de volverlos a montar en el vehículo; los pobres habían pasado un buen rato sentados hasta llegar allí, así que decidimos quedarnos un rato jugando.
The Burren es un gran terreno rocoso, significa literalmente "lugar pedregoso", ejemplo de paisaje kárstico en una amplísima zona que mide 300 km cuadrados. Allá por el siglo XVII el topógrafo de Cromwell definiría perfectamente este terreno de forma concisa con unas frases muy curiosas "en esta zona no es posible matar a un hombre porque no hay agua para ahogarlo, árbol para ahorcarlo y ni tan siquiera tierra para enterrarlo". Además de por su peculiar orografía, esta zona es importante por contener diversos asentamientos arquelógicos. Nosotros nos decidimos por conocer el Dolmen de Poulnabrone (palabra que viene del irlandés "agujero de penas"), un enterramiento datado entre 4000 a 3000 años antes de Cristo.
Hay un aparcamiento junto a la carretera para aparcar y conocer esta zona junto al dolmen. A mi fue uno de los lugares que más me sorprendió de Irlanda, me pareció un sitio muy curioso.
Hacía un sol estupendo, mis hijos quedaron aducidos por el lugar, no había manera de que se quisiesen marchar. Imaginaros miles de rocas a baja altura para subir y bajar; los pequeños escaladores no tenían tregua. Ademas los agujeros en los rocas con agua de lluvia cristalina eran un reclamo para chapotear con las manos, tirar cosas dentro...
Estuvimos bastante rato jugando en The Burren. Pero ya teníamos que marcharnos y buscar donde pernoctar. Unos días antes leyendo cosas por internet, me encontré con un diario de una familia que había recorrido Irlanda en su autocaravana y contaba en un foro que habían pernoctado en el parking de Los Acantilados de Moher. Así que decidimos probar suerte. Llegamos al parking pasadas las 8 de la tarde y las taquillas para entrar en él estaban cerradas; pero decidimos entrar por una zona donde estaban las barreras levantadas y nos fijamos que entraba y salía la gente. El parking es gratuito comprando la entrada a los acantilados (6 euros por adulto), como cuento, las taquillas para entrar al parking/acantilados estaban cerradas, pero el recinto permanece abierto al público siempre y se puede pasar sin ninguna restricción incluso en la noche. Así que decidimos aparcar y si teníamos que pagar, lo haríamos al día siguiente al salir.
Los Acantilados de Moher los visitamos por turnos, es decir, los niños se quedaron en la auto, fui yo primero y después mi marido. Yo no sabía muy bien como iban a estar las medidas de seguridad y me daba miedo ir con los niños. Tengo que decir que después de visitarlo vi que hay una zona perfectamente acotada y sin riesgo de caída, pero hay otras zonas donde el camino va a ras del acantilado (yo por allí no fui) y donde está perfectamente especificado en carteles que es peligroso y si tomas ese sendero es bajo tu responsabilidad. El lugar es absolutamente precioso, otra vez nos pasó lo mismo, al estar cerrado ya todo (tiendas y taquillas; pero el recinto está siempre abierto), en el lugar había muy poca gente y fue un placer contemplar el atardecer desde allí casi en solitario.
Pernocta: Parking de Los Acantilados de Moher. Como llegamos después del cierre del parking no lo pagamos, estaban cerradas las taquillas. El parking es gratuito pagando la entrada al recinto, pero al día siguiente nosotros ya no íbamos a entrar de nuevo en el recinto, ya lo habíamos visto. Por ello por la mañana, estuvimos mirando por si teníamos que pagar al menos el parking, pero vimos que no, que la barrera de salida esta levantada, así que salimos y continuamos nuestro viaje.
Día 5 de agosto: Spanish Point y Doolin
A la mañana siguiente temprano, tras salir del parking de Cliffs of Moher, nos dirigimos por la costa unos pocos kilómetros al sur, hasta Spanish Point. Se trata de una playa en el condado de Clare, que tiene este nombre tan curioso por ser uno de los puntos donde sucedieron varios hundimientos de los buques de la Armanda de Felipe II como os explico en este post detallado. Para nosotros, amantes de la historia, era un lugar importante. Es un lugar de vacaciones, con hoteles y casas de verano. Nos parecieron muy curiosas todas las referencias a la Armada española que vimos por la zona, por ejemplo hoteles y restaurantes que se llamaban "Armada". Como ya os he explicado, los españoles desconocemos esta parte de nuestra historia en Irlanda, pero los irlandeses la tienen muy presente y casi todo el mundo con los que hablamos sabían algo el tema.
En los ochenta, los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, acudieron a la playa de Spanish Point para conmemorar los 400 años de los hundimientos y queda en el lugar un monolito como recuerdo.
Allí desayunamos y pasamos la mañana jugando en la playa, hizo un bonito día de sol y los peques disfrutaron mucho.
Antes de medio día tomamos rumbo a Doolin, un pequeño pueblo con una fantástica ubicación bajo los Acantilados de Moher y desde donde salen los ferrys a las islas Aran. Nos parecía interesante llegar al camping temprano para así aprovechar las ventajas del mismo todo el día (wifi, duchas, lavadoras, parque infantil...). Nos quedamos en Nagles camping, un lugar preciso. Como veis en la siguiente fotografía nuestro almuerzo en el camping fue de lujo, al aire libre y con unas vistas de excepción de los Acantilados de Moher desde abajo.
Pasamos una siesta tranquilos en el camping, después estuvimos un rato en el bonito parque infantil del recinto jugando con los niños irlandeses que pasaban allí sus vacaciones y por la tarde fuimos a dar un paseo al pueblo (a menos de dos kilómetros de nuestro alojamiento) y allí fuimos a cenar al Pub de Gus O´Connor. Éste es uno de los pubs más conocidos en el área por su comida y por la bonita música tradicional que suena todas las noches.
Estaba hasta arriba de gente, tuvimos que esperar un rato para conseguir mesa, pero mereció la pena. La comida estaba muy buena, pedimos mejillones locales, estofado de carne, salmón, tiras de pollo y postre (en su web podréis ver los precios, no recuerdo bien, pero creo que nos costó alrededor de 60 euros). Lo mejor de lo mejor, la música tradicional irlandesa. Impresionante la voz de la chica que cantaba y los acordes fantásticos. De la parte musical no tengo fotos porque era tarde, mis hijos estaban cansados, tuvimos que cogerlos en brazos y no me quedaban manos para la fotografía. Como se había hecho de noche mi marido fue andando al camping y nos recogió con la auto.
Pernocta: Naples Camping en Doolin. 28 euros el día.
Día 6 de agosto: Islas Aran (Inisheer) y emprendiendo el camino de vuelta
En este post sobre las Islas Aran, podrás consultar nuestra visita detalladamente. Son unas islas muy peculiares, donde por su clima inclemente y su poca accesibilidad, se ha preservado el gaélico e innumerables costumbres de la tradición irlandesa. Muy interesante la visita por sus construcciones con caminos surcados por muros de piedra sin argamasa, por sus restos arqueológicos, playas con focas y demás lugares de interés. Solo se puede acceder a ellas en ferry sin vehículo o avioneta, por ello hay muy pocos coches y su visita alquilando bicicletas o carros tirados por caballos, es muy recomendable.
Pasamos un día estupendo, la decisión de cambiar de planes para conocerlas unos días después ya con buen tiempo, fue muy acertada. Nos hizo un día estupendo y pudimos alquilar las bicicletas.
Tras la visita a las islas, llegamos al puerto de Doolin donde nos esperaba nuestra autocaravana sobre las 5 de la tarde (en el puerto hay un parking donde, previo pago, podrás dejar el vehículo y tomar el ferry a las islas). Teníamos que adelantar camino para nuestra vuelta a Belfast, en dos días tomábamos desde allí el vuelo de regreso a casa. Así que tras bajar el ferry, merendamos algo y nos dispusimos a cruzar la isla por el centro en dirección norte. Por el camino discutimos donde parar, llevábamos una guía de campings que nos habían dado en la sede de Bunk Campers y mirándola decidimos parar en un camping por el centro de Irlanda, en Athlone, en la pequeña población de Ballykeeran. Nos quedamos en un camping a orillas del lago Ree, Lough Ree Caravana Park.
No aceptaban tarjeta, así que al llegar, fuimos a sacar dinero a un cajero y a comprar algo en el supermercado que estaba a unos kilómetros. El camping era más pequeño y modesto, el parque para los peques era un simple columpio. Pero aun así pasamos un atardecer divertido tirando migas de pan a los patos del lago.
Pernocta: Loug Ree Caravan Park (27 euros)
Día 7 de agosto: En el centro de Irlanda en el lago Ree, Valle del Boyne, Monasterboice y Belfast
Esa mañana la pasamos organizando el equipaje, porque al día siguiente teníamos que devolver el vehículo y no sabíamos a qué hora llegaríamos ese día a Belfast. Así que salimos algo más tarde de lo previsto.
Teníamos planeado ir a conocer alguno de los dos monasterios más importantes de Irlanda durante nuestro trayecto hacia el norte, ambos con cruces medievales preciosas. Por un lado está Clonmacnoise, que estaba a tan solo unos kilómetros de nuestro alojamiento, pero había que desviarse hacia el sur, por ello decidimos no visitarlo. Nos decidimos por Monasterboice, primero por contener, según dicen, la cruz celta más bonita de Irlanda y porque nos venía mejor en nuestro camino hacia Belfast.
Queríamos evitar las autovías que circunvalan Dublín, así que a la altura de Kinnegad dejamos la autopista que cruza el centro de Irlanda y nos dirigimos por carreteras secundarias hacia Trim. Pasamos por el centro de la ciudad, no pudimos parar porque no queríamos perder tiempo para llegar a la hora del almuerzo a las ruinas del monasterio y que los niños no se cansasen, pero nos pareció una ciudad preciosa. Al pasar Trim nos adentramos en el bonito Valle del Boyne, con un paisaje diferente a lo que habíamos visto en el oeste. Sin duda volveremos a Trim y a este lugar en nuestro siguiente viaje a Irlanda para conocer los lugares de la famosa batalla que dividiría el país, la batalla del Boyne y todas sus zonas arqueológicas (como Bru na Bóinne o la Colina de Tara).
Llegamos a Monasterboice sobre las 3 de la tarde, almorzamos en el parking en nuestra auto y fuimos a conocer las ruinas del monasterio. Me sorprendió muchísimo porque es un cementerio de pueblo como cualquier otro, solo que el recinto tiene grandes joyas de valor patrimonial, sus cruces celtas, pero están allí como si nada, entremezcladas entre las lápidas modernas del cementerio. Descubrimos que ese día había misa por la tarde, se celebraba algo y había mucha gente adecentando las lápidas de sus familiares. Pasamos allí un buen rato y no os podéis imaginar la cantidad de gente que llegó para escuchar la misa, hasta habilitaron parkings improvisados en las fincas vecinas, sabíamos de la religiosidad de los irlandeses, pero de verdad que nos sorprendió.
Monasterboice se fundó como monasterio en el siglo V por San Buite, un discípulo de San Patricio. La cruz más famosa, según dicen la más bonita de Irlanda, es la Cruz de Muiredach, el nombre se lo da el posible autor que parece que la firma (o no sabe si el prior del monasterio en ese momento). Es del siglo X, las escenas labradas son preciosas y de gran precisión para la época. Mide 5,5 metros y está hecha en tres bloques. Se escenifican escenas bíblicas como el juicio final, la adoración de los Reyes Magos, David contra Goliat...
Junto a la base una de las escenas que se suele repetir en las grandes cruces celtas, Adan y Eva con la manzana y Caín matando a Abel.
Junto a la torre circular está la West Cross o Tall Cross que mide 6,5 metros, es una de las más altas de Irlanda. No está tan bien conseguida como la anterior, pero sus bajorrelieves también son muy interesantes.
La más simple de las tres es la North Cross, que representa en el centro la crucifixión.
Salimos del monasterio y nos dirigimos a Irlanda del Norte, llegamos a Belfast sobre las ocho de la tarde y nos fuimos directos a nuestro lugar de pernocta.
Pernocta: La última noche en Irlanda la pasamos en el Camping Dundonald Caravan Park, un pequeño camping a las afueras de Belfast, que nos venía estratégicamente bien para al día siguiente devolver nuestra autocaravana en Bunk Campers. 23 euros la noche
Día 8 de agosto: Entrega de la autocaravana y vuelo de vuelta a casa
A medio día teníamos que tomar nuestro vuelo, así que fue un día de puro trámite. Devolvimos la autocaravana en Bunk Campers sin ningún problema y pusimos rumbo al aeropuerto.
Esta ha sido toda nuestra aventura, espero que os haya servido de ayuda. Si es así deja un mensaje en los comentarios, sacar tiempo para hacer una guía tan extensa no es fácil y agradezco mucho vuestros comentarios. Os espero en Facebook esperando mis próximos relatos sobre Irlanda ;-)
¡Gracias a Irlanda y a los irlandeses!! Ha sido un viaje maravilloso.
Que ruta mas bonita y llena de historia!! ^_^
ResponderEliminargracias por la mención!
Gracias a ti por tu ayuda! Un abrazo!
ResponderEliminarPedazo guía que te has currado!! La verdad es que cuando estuvimos en Dublín nos quedamos con ganas de ver también Irlanda del Norte, pero se necesitan más días para una ruta tan completa como la vuestra.
ResponderEliminarSí que se necesitan días, sobre todo para disfrutar de todo e ir con calma para adaptarse al ritmo de los peques. Muchas gracias!! Un abrazo!
ResponderEliminar¡Vaya viajazo y vaya guía sobre el mismo que has escrito! Super completa, no le falta detalle. Ya a soñar con el siguiente
ResponderEliminarGracias Myriam! Eso, a pensar en el próximo ;-)
ResponderEliminarHola, me ha encantado vuestro viaje y toda la info que das en el post. Me lo apunto todo para el día que viajemos a Irlanda. :)
ResponderEliminarUn saludo.
Alicia de Trotajoches
Muchas gracias Alicia!!
ResponderEliminarUna ruta muy interesante y muy verde, vaya paisajes. Lo de la autocaravana es un punto, sobre todo la habrán disfrutado los niños...pero yo no me atrevería a conducir eso tan grande y por la izquierda, me daría estrés, ni siquiera me gusta conducir coches normales. Preciosas las fotos y un buen relato que ayudará a los futuros viajeros. Un besote!!
ResponderEliminarTodo es ponerse je je después no es tan complicado. Un abrazo
EliminarEstupendo y super completo el relato!como siempre! Ayyy que largo se hace el invierno.....
ResponderEliminarYa os queda menos!!!! Cómo me suena eso de soñar con los viajes desde meses antes :-)
EliminarMuy util! Os tenemos muy en cuenta para hacer nuestro viaje!!!
ResponderEliminarGracias!! Buen viaje!!
ResponderEliminarUna ruta por Irlanda con niños es una aventura maravillosa. Mantenerlos entretenidos con títeres durante el viaje hace que cada parada sea más divertida y educativa. ¡Los títeres transforman cada momento en una experiencia mágica y memorable!
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