Estatua de Lenin retirada del centro de Sofía |
Quien sigue mi blog sabrá que siempre me ha interesado mucho la historia de la Segunda Guerra Mundial, tanto lo que sucedió en ella, como lo que la generó y todo lo que provocó la misma en el mundo. Así que los países que quedaron bajo el Telón de Acero siempre han llamado poderosamente mi atención. Nací durante el inicio de la democracia en nuestro país, era muy pequeña para estar al día de todos los entresijos de la "Guerra Fría", pero recuerdo algunos detalles en mi infancia de aquella situación política, por ejemplo cuando mi maestro nos hablaba del "muro de la vergüenza", esto se me quedó grabado, mi mente infantil no entendía porqué una pared tenía que tener vergüenza de nada. Por supuesto recuerdo la caída del Muro de Berlín, aunque era una adolescente y tampoco estaba mucho en esos temas. Pero a partir de ahí empezó mi interés en la lectura y mi mente, siempre imaginativa de más, empezó a llenarse de historias con novelas de espías de Ken Follett y películas del holocausto. Los acontecimientos que después sucedieron en la sangrienta Guerra de los Balcanes, que nos dejaron a todos con el corazón encogido e incrédulos de que algo así pudiese suceder en nuestra Europa, continuaron alimentando mi curiosidad, porque estaba viendo ante mis ojos, que las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y las malas reparticiones a posteriori, aun afectaban a mi historia contemporánea. El primer país extranjero que visité no fue Francia, ni Inglaterra, ni otro de los "típicos", fue Polonia, hace más de diez años, seguido de mi viaje a la antigua Yugoslavia (Croacia, Bosnia y Monte Negro) y posteriormente he estado en Alemania en cuatro ocasiones; siempre buscando estas huellas de nuestro pasado reciente. Con todo esto podéis imaginar mi interés en visitar Bulgaria, uno de los antiguos países satélites de la poderosa URSS. Pero no quiero quedarme con esto, Bulgaria es un país que nos ha sorprendido en muchos sentidos, Sofía nos ha parecido una ciudad moderna con la huella impresa de su antigüedad y del cruce de culturas que pasaron por ella y los pasajes que hemos encontrado en el país nos han fascinado (todo esto os lo contaré en sucesivos artículos).
Haciendo esta, nada breve, introducción y explicando el interés que tienen para mi estos temas, os paso a detallar las curiosidades que he encontrado en Bulgaria de su pasado comunista tras nueves meses de intensivo preparatorio del viaje.
Políticos búlgaros desconocidos para nosotros:
Tranquilos, no me voy a poner a hablar de política, os voy a contar todo en plan novelita rosa o de revista HOLA.
¿A alguien le suena algún político búlgaro? A que no. Yo creo que a excepción de su antiguo Rey Simeon de Bulgaria que todos conocemos porque sale mucho en nuestras revistas rosas, pocos conocen a ninguno más. Vivió exiliado en España, se casó con una española y sus hijos, de nombres exóticos con "K", salen en nuestra prensa cada dos por tres. Simeon de Bulgaria heredó el trono con seis años, pero poco tiempo después fue apresado por las tropas de Hitler que se aliaron con el país en la Segunda Guerra Mundial. Exiliado durante décadas por la instauración del comunismo, tras la caída del Telón de Acero, en 1996, fue elegido presidente de Bulgaria, el único caso en la historia de un rey destronado que recupera el poder político por las vías republicanas.
Es curioso porque nos suenan políticos de uno u otro bando de la historia "contemporánea" europea como Stalin, Gorbachov, Lech Walesa, Tito, Milosevic, Helmut Kohl... pero búlgaros ninguno. Yo estos meses he estado leyendo mucho sobre Bulgaria y me han llamado la atención algunas cosas.
Bulgaria es un país que no dio muchos quebraderos a Rusia durante la época soviética, se asumió relativamente bien el comunismo, sin demasiadas revueltas. Para una población de 10 millones de habitantes, más de 900000 estaban afilados al partido comunista, por lo que esta forma de gobierno se asumió relativamente bien en la sociedad. También creo que la simpatía por Rusia, por su ayuda en la liberación del yugo turco, unas décadas atrás, ayudaron a esta amable relación entre ambos países. Todo esto no quita que existiese represión y falta de libertad como en todos los regímenes no democráticos, pero Bulgaria se destacó poco por su rebeldía al régimen.
Todor Zhivkov (museo de Arte Socialista, Sofía) |
Si hay un personaje que ha llamado mi atención estos meses es el de Lyudmila Khivkova, era la hija del último jefe del Estado Comunista, Todor Zhivkov, que gobernó el país durante 33 años hasta 1989 cuando la caída del Telón de Acero. Las siguientes imágenes son de ella, hoy en el museo de Arte Socialista de Sofía.
A la muerte de su madre, en 1971, ella se apodera del papel de primera dama del país y empieza un meteórico ascenso hasta convertirse en ministra de cultura y cuyo afán fue intentar elevar el prestigio del país mediante varios acontecimientos culturales celebrados a lo grande. Se convierte en una mecenas del arte, impulsora del nacionalismo búlgaro, este ansia de ensalzamiento de su cultura queda patente en el gran proyecto al que hace frente para conmemorar los 1300 años de la creación del estado búlgaro, con enormes monumentos de hormigón diseminados por todo el país y muestra del brutalismo en el arte comunista. El Palacio Nacional de la Cultura es uno de estos monumentos pensados a lo grande por ella. Un macro palacio de exposiciones que intentaba dejar claro el poderío del régimen. En las siguientes imágenes la enorme construcción y una estatua, ejemplo del gigantismo del que os hablaba, en hormigón e hierro frente a este edifico.
Hija de campesino que se convirtió en líder, que estudió en los mejores colegios y universidades, sofisticada y ligada a las ciencias ocultas, este personaje controvertido, esta princesa roja como la llamaban, murió en 1981 con una muerte rodeada de misterios. Su muerte dicen que pudo ocurrir porque iba camino de ser nombrada sucesora de su padre, pero no gustaba a la URSS por su separatismo búlgaro y ello le costaría la vida; otros dicen que se suicidó ante la pena por la enorme corrupción en torno al 1300 aniversario... A su entierro acudió una muchedumbre de personas. Líder política, niña mimada de papá, la cara amable de la represión, impulsora de la cultura búlgara o fantasiosa que intentó dar rienda suelta a sus megalomanías... Pues no lo sé, lo que está claro que dejó la huella suficiente como para que muchos años después de su muerte se siga hablando de ella. Me resultó curioso un detalle y fue que justo en frente del Palacio Nacional de Cultura que ella construyó, hoy día se encuentran dos grandes letreros de empresas líderes capitalistas "CocaCola" y "MacDonald´s", no sé lo que ella pensaría si levantase la cabeza.
Edificios:
Sin duda el edifico por excelencia que recuerda a esa época, es la Casa del Partido Comunista (1950-1955), en el centro de Sofía. De corte neoclásico, este edificio fue levantado como símbolo de poder, incluso me atrevería a decir que pensado para infundir respeto o miedo y posteriormente fue testimonio mudo de las manifestaciones anticomunistas de 1990.
Hoy, edifico de oficinas del parlamento, en la cima del mismo hondea la bandera tricolor de Bulgaria y en el pasado lo haría la estrella roja comunista, que hoy está expuesta en el Museo de Arte Socialista con las demás reliquias del régimen.
Muestra también de aquel periodo, junto a la Casa del Partido, están los Almacenes TSUM (Tesentralen Universalen Magasin), centro estatal de consumo del periodo comunista de 1957. Es decir, una especie de Centro Comercial comunista. La verdad es que esto no sé muy bien como se come, no entiendo el concepto de centro comercial en un sistema donde no es legal el mercado libre. Estoy intrigada en saber como funcionaba, pero no he encontrado ninguna información sobre ello, si alguien lo sabe que lo añada a los comentarios. Actualmente, claro está, está privatizado, encontrándose diferentes comercios en sus distintas salas.
La ciudad está salpicada de bloques viviendas de aquel periodo, grandes construcciones de edificios para la masa obrera de la época. Pero no es demasiado diferente a cualquier otra ciudad de nuestro medio, donde en los setenta se hicieran grandes moles de viviendas en los extrarradios. Hoy llama la atención el mal estado de muchas fachadas. En el avión de vuelta coincidimos con un matrimonio que llevaba años viajando a la ciudad porque su hijo vivía allí y nos comentaba que estaban en ese estado porque costaba mucho que los vecinos se pusiesen de acuerdo para arreglar las fachadas por los bajos salarios y que cada uno hacía lo que podía con su "trocito" de vivienda.
En Boyana, un barrio a las afueras de la ciudad, en las faldas del monte Vitosha, podemos encontrar también edificios de esta época. Pero no de los trabajadores, sino de los altos funcionarios y dirigentes del partido y del gobierno, que decidieron construirse, no por supuesto ya grandes construcciones con numerosas viviendas pequeñas, sino bonitos chalets y casas palaciegas de verano en este lugar idílico. El enclave es precioso, en plena naturaleza, casas rodeadas de frondosa arboleda y arrolluelos que bajan de la montaña. Uno de estos edificios es en el que está hoy día el Museo Nacional de Historia, antigua "Residencia Gubernamental Boyana", una impresionante obra de arquitectura de 1974 construida como edificio solemne para firmar tratados internacionales y celebrar ceremonias oficiales del régimen. De este barrio no os podréis ir sin visitar la pequeñita Iglesia de Boyana, patrimonio de la Humanidad por sus valiosos frescos.
www.bulgariatravel.org |
Tranvías:
Me encantan los tranvías, con esa estética un poco retro que confieren a las ciudades que los poseen. El transporte público en Sofía tiene fama de ser muy bueno, herencia de las construcciones públicas durante el periodo comunista. Muchos de los que hoy circulan son aun de aquella época. En las calles de la ciudad se mezclan tranvías, autobuses e incluso trolebuses eléctricos.
Klek-shops:
Son una curiosidad de Bulgaria, pequeñas tiendas que surgieron en el 89 cuando se abandonó el comunismo, entró el mercado libre y la propiedad privada se legalizó. La gente necesitaba sobrevivir, así que se agudizó el ingenio, se aprovecharon los sótanos para crear pequeños negocios y así intentar solventar la crisis económica en la que estaban sumergidos. En estas tiendas se despacha a través de una ventanilla que queda a pie de acera en la calle, por ello te tienes que arrodillar para ser atendido, de ahí su nombre, que viene del verbo arrodillarse en búlgaro. Ya quedan muy pocas, yo las fui buscando y encontré una justa en frente de Palacio Nacional de Cultura, debajo de los carteles de "CocaCola" de los que antes os hablaba. La señora de la tienda fue muy amable y me contó toda la historia, llevaba con ella desde los noventa. Se venden cosas típicas de kiosco, yo no necesitaba nada en ese momento, pero no me pude resistir a agacharme y comprar por la ventanilla una botella de agua. Me puse tan contenta al encontrar la tienda, que mi hijo de cuatro años (él no necesitaba agacharse para llegar al mostrador) miraba muy atento por la abertura como pensando ¿qué habrá aquí adentro para que mi madre se emocione tanto?, me preguntaba "Mamá, pero ¿qué hay ahí?", después me reía yo sola recordándolo.
Puestos de policía:
Son pequeñas casetas elevadas diseminadas en los cruces de las grandes avenidas de la ciudad para el control del tráfico por la policía. Hay que tener en cuenta que los inviernos en la capital son muy fríos y éste es un buen lugar para resguardarse. Todas las vi vacías, no sé si se seguirán usando, pero imagino que en los años de control soviético con el número tan alto de funcionarios del estado que existiría, habría gran cantidad de policías y estos puestos estarían más transitados.
Museo de Arte Socialista:
Es un museo filial de la Galería de Arte Nacional, con más de 150 objetos artísticos muestra de la propaganda comunista, que fueron eliminados de sus lugares de exposición tras la caída del régimen, pero que hoy día se han recopilado en este museo como muestra de una forma de arte que surgió desde 1945 a 1989 por las circunstancias de ese gobierno y como testimonio de lo que el país vivió durante estos años. Se inauguró en 2011, no exento de polémicas, imagino que como siempre, cuando la historia es tan reciente, este tipo de lugares puede llamar la atención a nostálgicos del régimen y a la vez remover recuerdos no agradables a quienes se vieron privados de libertad durante el mismo.
El museo no está en el centro de Sofía, pero es muy fácil llegar a él. Se encuentra junto a la parada de metro GM Dimitrov, a cinco o diez minutos del centro en este transporte. La entrada cuesta 6 levas. El día de mi visita llovía a mares y creo que yo era la única con interés en conocerlo, porque no había nadie más. La primera parte del museo es exterior y podríamos decir que se trata de un cementerio de estatuas retiradas de su lugar de origen. Varias fotografías del lugar ya os las he mostrado anteriormente, como la estatua de Lenin retirada del centro de Sofía (donde hoy está la estatua de la diosa Sofía) primera foto de este artículo, la estrella roja de la Casa del Partido o la estatua de la hija del líder del país de la que antes os hablada, Lyudmila Khivkova. Pero hay muchas más estatuas de líderes políticos de la época, rusos, búlgaros o el propio Che Guevara.
Nos solo hay en el museo políticos, también estatuas típicas del arte socialista como trabajadores, guerrilleros y tenebrosas estatuas de las víctimas del fascismo, como este niño muerto.
En el interior nos encontramos con una exposición de pinturas y bustos como por ejemplo este cuadro de Brezhnev, Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética y Zhivkov primer ministro búlgaro. Así como una sala audiovisual con documentales del régimen y de su caída.
Judíos Sefarditas y negativa de deportaciones en la Segunda Guerra Mundial
Durante estos meses de lectura preparatoria para nuestro viaje, me encontré con dos datos muy curiosos que llamaron mi atención.
El primero es que 90% de los judíos que viven en Bulgaria son de origen sefardí, es decir judíos de origen español, descendientes de los expulsados por los Reyes Católicos en 1492. Muchas familias conservaban la lengua hispana, el ladino y tradiciones de la antigua Sefarad (España en hebreo).
Por otro lado otro dato curioso y bonito, es que durante la Segunda Guerra Mundial, las autoridades búlgaras, aliadas de Alemania, apoyadas por la iglesia ortodoxa, se negaron a entregar a sus ciudadanos judíos a los nazis, frenando todos los intentos de deportación de judíos y preservándolos del plan de exterminio de los nazis. Un precioso ejemplo de convivencia entre culturas del pueblo búlgaro.
En los sucesivos días seguiré escribiendo sobre el país. Estos son algunos datos que a mi personalmente me han llamado la atención por mi curiosidad ante estos temas, pero vuelvo a repetir, para nada os quedéis solo con esto al pensar en Bulgaria. Las huellas del comunismo están cada vez más diluidas y cada vez queda menos de ello. Las nuevas generaciones salen a estudiar o a ganarse la vida fuera y la impresión que nos ha dado es que Bulgaria es un país abierto al mundo, con ganas de fomentar su turismo y con lugares de sobra bonitos para hacer interesante un viaje a sus tierras.
Te ha cundido el viaje eh? Me alegro! A ver qué más nos cuentas. :)
ResponderEliminarSí, no es para menos con todo el tiempo que he pasado preparándolo je je Muchas gracias por toda tu ayuda. en el próximo post te agradezco expresamente todo. Un abrazo!
ResponderEliminarMuy curioso el post. Interesante punto de vista. Un saludo. Pedro M
ResponderEliminarEs un post muy personal con detalles que a lo mejor no son interesantes para todo el mundo, pero bueno, aquí esta. Un saludo y gracias por leer mi artículo.
ResponderEliminarPost muy interesante y original, con el que me has incitado a buscar más info sobre Lyudmila Zhivkova; también he oído lo de que a los rusos no les gustaba nada que esta mujer le dé tanto por lo oculto, meditaciones, el Tíbet... temas tabu para la ideología comunista. Y respecto a las fachadas de las "panelki", algunas ciudades más pequeñas ya están cambiando su imagen gracias a los fondos europeos, pero en Sofía el proceso es bastante más lento debido a sus mayores dimensiones. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario!!! Como siempre aportándome datos muy interesantes. De Lyudmila leí algo por casualidad en un texto del Palacio de Cultura y empecé a indagar más, ¡vaya personaje curioso! Yo la verdad es que esperaba más edificios de esos feos tipo moles de hormigón en Sofía, pero no hay tantos, casi igual que en cualquier otra ciudad Qué decepción para mi! je je. Me fijé que los fondos de la UE se están usando para mejorar cosas, como el aeropuerto de Sofía, que está muy bien, muy moderno y bonito. Gracias de nuevo por toda tu ayuda en la organización de mi viaje y por la ayuda desinteresada que me consta que ofreces a otros viajeros para que descubran tu bonito país. Un saludo!
ResponderEliminarYo estuve en Sofia entre enero y abril de 1984, con una beca de postgrado del ministerio de Asuntos Exteriores. Guardo gratos recuerdos de mi estancia: por la gente que conocí, por lo que vi y por la misma experiencia de vivir en un sistema económico y político tan diferente al nuestro, hoy, además, ya desaparecido. Inicialmente fue duro, en la medida que el idioma era una barrera casi infranqueable. Con la gente procedente de América latina, que era numerosa, no tuve problemas, y con mis conocimientos rudimentarios del francés pude comunicarme con mi tutor, con alguna profesora del ICHS (Instituto de Estudios Extranjeros) y con unos compañeros tunecinos. Con esfuerzo fui superando poco a poco el problema, de manera que cuando regresé, noté que entendía y me entendían en el idioma búlgaro. Al vivir en la ciudad universitaria conocí a gente de todos los continentes y del europeo, de los países socialistas, salvo dos casos raros de un catalán y una británica. Sobre los almacenes TSUM, en efecto eran tales, había de todo, sin que existieran marcas, claro, con modelos no tan "adelantados", una moda más tradicional... Todavía conservo unos cubiertos de entonces, me duraron muchos años unas botas de invierno impermeables y hasta estuve a punto de comprarme un abrigo de piel. En material y ropa deportiva de nieve tenían mucho adelanto, pues era una especie de deporte favorito. Durante mi estancia tuve un problema con una muela, que me empastaron gratuitamente. Por aquel entonces hacerlo en España valía bastante y yo mismo, que estaba en paro, no tenía sanidad gratuita, debiendo mi padre pagarme un seguro privado. A la gente le sorprendía que siendo yo licenciado, estuviera en paro. Las cosas han cambiado en los dos países y mucho, pero ahora, por desgracia, hemos vuelto con la gente joven a eso de los títulos universitarios sin trabajo. Un saludo
ResponderEliminarSe me ha olvidado alguien: Giorgi Dimitrov, comunista conocido, que fue protagonista del juicio por el incendio del Reichtag de Berlín en 1933; luego fue nombrado presidente del Komintern, defendió la formación de los frentes populares contra el fascismo y fue el principal dirigente revolucionario del país desde 1945.
ResponderEliminarJesús muchas gracias por contarnos tus experiencias en el país en aquellos años, muy interesante. Hoy en día estamos acostumbrados a que los chicos se vayan fuera a hacer Erasmus, que vuelvan a casa muchos hasta una vez al mes con los vuelos low cost y a hablar por Skype con la familia, pero antes era toda una aventura. Además no solo una aventura por la falta de tecnologías y la dificultad de vuelos (por precio y por menos trayectos), sino por la situación política en aquellos años y el tener que atravesar fronteras que no estaban abiertas. A nosotros nos encanta toda esa parte de la Historia, en unos días nos vamos a Rumanía donde estaremos pendientes también de estos pequeños detalles. Muchas gracias de nuevo!
ResponderEliminarJesús muchas gracias por contarnos tus experiencias en el país en aquellos años, muy interesante. Hoy en día estamos acostumbrados a que los chicos se vayan fuera a hacer Erasmus, que vuelvan a casa muchos hasta una vez al mes con los vuelos low cost y a hablar por Skype con la familia, pero antes era toda una aventura. Además no solo una aventura por la falta de tecnologías y la dificultad de vuelos (por precio y por menos trayectos), sino por la situación política en aquellos años y el tener que atravesar fronteras que no estaban abiertas. A nosotros nos encanta toda esa parte de la Historia, en unos días nos vamos a Rumanía donde estaremos pendientes también de estos pequeños detalles. Muchas gracias de nuevo!
ResponderEliminarEl avión me costó 60.000 pesetas, que no era poco. Menos mal que el ministerio de Asuntos Exteriores me lo reintegró después, pues yo estaba en paro. Luego volví en tren, pasando por Atenas (que conocí), Belgrado, Venecia (que conocí) y Marsella, hasta llegar a Madrid. Una aventura fueron los cinco días de viaje, donde conocí a mucha gente y pasé anécdotas a cuál más curiosa. En Sofia cobraba una beca de 140 levas, que me permitía mantenerme perfectamente. Todo era barato. No se me olvidan el frío y la nieve en enero y febrero. Yo hablaba con mucha gente, de todos los países y de la propia Bulgaria, y lo hacíamos, por supuesto, de política, teniendo en cuenta que la mayor parte del estudiantado extranjero estaba relacionado con países socialistas o eran de grupos de izquierda. No nos reprimíamos en nada. Sí es cierto que se notaba en alguna gente discrepancias que supongo que en el fondo eran profundas, pero que manifestaban moderadamente.
EliminarEl avión me costó 60.000 pesetas, que no era poco. Menos mal que el ministerio de Asuntos Exteriores me lo reintegró después, pues yo estaba en paro. Luego volví en tren, pasando por Atenas (que conocí), Belgrado, Venecia (que conocí) y Marsella, hasta llegar a Madrid. Una aventura fueron los cinco días de viaje, donde conocí a mucha gente y pasé anécdotas a cuál más curiosa. En Sofia cobraba una beca de 140 levas, que me permitía mantenerme perfectamente. Todo era barato. No se me olvidan el frío y la nieve en enero y febrero. Yo hablaba con mucha gente, de todos los países y de la propia Bulgaria, y lo hacíamos, por supuesto, de política, teniendo en cuenta que la mayor parte del estudiantado extranjero estaba relacionado con países socialistas o eran de grupos de izquierda. No nos reprimíamos en nada. Sí es cierto que se notaba en alguna gente discrepancias que supongo que en el fondo eran profundas, pero que manifestaban moderadamente.
Eliminar!Que experiencia tan estupenda! La estancia y el viaje de vuelta. Yo hice en Cuba un curso durante un mes y muchos de los profesores habían estado en la antigua URSS, de hecho nos contaban, que para ellos la disolución del gigante ruso les supuso unos años de mucha pobreza, a parte de intercambio de estudios, recibían muchas ayudas de allí. Imagino que tú encontrarías muchos a de este tipo de estudiantes allí por acuerdos políticos entre países.
ResponderEliminarClaro, conocí a gente de muchas nacionalidades y conocí por ello mucho de sus culturas. Tuve más contacto con la gente de América Latina, sobre todo de la Central (México, Honduras, El Salvador, Costa Rica...) y Chile, y menos con cubanos. También me relacioné con gente de Hungría (mi compañero de habitación era húngaro y estaba haciendo su tesis doctoral como lingüista)... Pero no faltaron de Vietnam, Egipto, de la propia Bulgaria... El mundo universitario era muy cosmopolita y por ello, muy variopinto. Noté con la gente búlgara de la calle que con el conocimiento del idioma se abría mucho la comunicación por su parte. Lástima que tuve que regresar antes de tiempo y no pude progresar en el idioma. Hoy lo recuerdo principalmente en forma de expresiones, saludos, palabras sueltas... Estando en Chequia hace tres años noté cierta similitud y me facilitó el poder utilizar los saludos, por ejemplo. Dada la hora, buenas noches, leka nosch
ResponderEliminarBuenos, aunque fuese menos tiempo del esperado, esas experiencias son geniales para aprender y para mirar las cosas desde otro punto de vista, en resumen abren la mente. Muy interesante!
ResponderEliminarEn mi blog Entre el mar y la meseta publique hace seis años una breve entrada dedicada al monte Vitoscha, que escribí en 1984, durante mi estancia en Bulgaria: http://marymeseta.blogspot.com.es/2011/03/recordando-al-monte-vitoscha.html. Perdona por tanta respuestas por mi parte, pero de Bulgaria tengo tan buenos recuerdos y es tan poca la gente que la conoce, que me salta, entre otras cosas, la nostalgia.
ResponderEliminarAcabo de leerlo, coincido en tus impresiones, es un bonito lugar de esparcimiento para los que viven en la ciudad. Aunque yo lo conocí verde y no lleno de nieve como veo en la foto :-)
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