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domingo, 9 de octubre de 2022

Highlands de Escocia con niños

Hace ya algunos años visitamos Escocia y quedamos enamorados de este preciso país. En el primer viaje, hicimos desde Edimburgo, una pequeña incursión en invierno al sur de Highlands, a Loch Lomond, un paisaje nevado que nos cautivó y, en aquel momento, decidimos que teníamos que volver para conocer a fondo los paisajes de ensueño de las Tierras Altas.


Castillo de Eilean Donan

Ese momento llegó este año, el precio Ryanair desde Sevilla en julio era fantástico. Estábamos en diciembre de 2021, en pandemia, y aun en los telediarios ocupaban las cabeceras las olas de Covid y había medidas para entrar en los países, por lo que un precio barato de vuelo nos animaba a que si en el verano de 2022 no podíamos volar por cualquier circunstancia (¡qué desconfianza en todo nos ha dado este puñetero virus!), no nos dolería tanto la barriga si perdíamos el dinero. Pues nada, nosotros felices cuando llegó julio, menos gravedad en la pandemia, no restricciones para volar a la mayoría de países, pero.... Ryanair una semana antes anuncia que el día de nuestro vuelo está en huelga. ¡Me cachis! Nos mordíamos las uñas hasta el último minuto, pero al final conseguimos salir rumbo a Edimburgo. 

Otro motivo que nos abarataba el coste del viaje, y nos daba tranquilidad en esta situación pandémica, es que haríamos nuestro primer intercambio de casa con la web HomeExchange. Donde conseguimos una bonita casa de intercambio a unos 50 minutos al norte de Inverness.

Vistas de la bahía desde nuestra casa de intercambio
Alquilamos nuestro coche con Europcar en el aeropuerto (420 euros los ocho días, un chollazo, ya que los precios han subido a lo largo del año una barbaridad) para empezar nuestra ruta hacia las Highlands. Pero llegábamos en avión a última hora de la tarde a Edimburgo, como ya conocíamos la ciudad, decidimos pernoctar en un sitio bonito cercano y empezar la ruta al día siguiente. 

Calles de Culross

Nos decidimos por Culross, un pequeño pueblo con una arquitectura que te transporta al pasado, por ello ha sido escenario de la serie Outlander. Está a media hora del aeropuerto, en la comarca de Fife, al pie del estuario del río Forth. Así que, para no perder tiempo y hacer ese mismo día la visita al pueblito con escenarios de Outlander, nos alojamos en el hotel The Inn at Charlestown, en un pueblo cercano también a orillas del estuario.  

Hotel

Nuestra idea era cenar en The Red Lion Inn, el pub local de Culross, pero tuvimos que pasar antes por el hotel para que nos dieran las instrucciones para poder entrar pasadas las 10 de la noche al mismo y ya se nos hizo tarde. El pub cerraba a las 9, allí todo cierra a esa hora, ojo porque no encontrareis nada para poder comer (tuvimos que cenar una pizza en un kebab de Dunfermline, porque después de dar mil vueltas es lo único que nos dijeron que podía estar abierto). Nos dio una rabia tremenda porque al pasar por el pub, ya cerrado, tenía un aspecto escocés muy acogedor.

Pub The Red Lion Inn

Llegamos al atardecer y a esas horas ya el pueblo estaba vacío, ¡mejor! Nos decidimos por seguir los pasos de los escenarios de Outlander que nos propone @madabautravel en su blog.

Plaza del Mercado

Aparcamos sin problema en la Plaza del Mercado donde hay una "Mercat Cross", nombre escocés para designar a una cruz que se colocaba donde el monarca, obispo o varón, designaban para poner el mercado en la localidad. Está coronada con un unicornio, el símbolo de Escocia. 

En este plaza tuvieron lugar muchas escenas de Outlander, la casa de la esquina es la Geillis Duncan y la plaza es donde la sentencian a morir en la hoguera. En este punto os tengo que decir que no somos muy fans de la serie, la vimos a tropezones pasando escenas, pero la verdad que ahora al volver del viaje sí nos está gustando más y hemos repetido a verla bien vista y no a saltos, la historia de Escocia nos ha encantado y en la serie creemos que se narra todo de forma bastante exacta.

Town House
Llegamos al antiguo Town House (ayuntamiento y cárcel local) construido en 1626 y que hoy es centro de visitantes. Tiene aspecto de iglesia por la torre de reloj que parece un campanario (se construyó más tarde en 1783). Era el lugar donde antiguamente se administraba justicia y en la planta baja estaban las celdas. Allí es donde se celebraban los juicios durante la caza de brujas en Escocia, antes de que las acusadas  fuesen quemadas en la hoguera. Es escenario de Outlander como la casa de Laoghaire en la cuarta temporada. 

Palacio

Palacio de Culross, este llamativo edificio pintado de ocre del siglo XVI es de auténtica postal y por ello aparece, tanto en su interior como en su exterior, innumerables veces en Outlander. Su huerto exterior es el Jardín de Hierbas de Claire en el Castillo de Leoch y el interior, por ejemplo es donde juró lealtad James Fraser al príncipe Bonnie Prince Charlie (a la causa jacobita) en la serie. 

Parque infantil de Culross
Si viajáis con niños no os podéis perder el parque infantil de Culross, tiene muchas cosas divertidas para ellos. Está justo en frente del palacio a orillas del estuario. Es un sitio preciso para sentarse un ratito con calma en un banco y contemplar las vistas del agua mientras los niños juegan.

Al día siguiente nos levantamos con energías ya que desayunamos en el hotel un fantástico scottish breakfast. Incluía su plato estrella, los Haggis, elaborado a base de asaduras de cordero y oveja y embutido en el estómago del animal (en la foto es lo que está al lado del black pudding, morcilla, y tiene un aspecto muy similar pero más clarito).

Scottish Breakfast
Después de dar muchas vueltas al itinerario, decidimos subir a las Highlands por el oeste, para que nuestra primera parada fuese Glencoe, el punto que queríamos conocer que más alejado estaba de nuestra casa de intercambio, para no tener que hacer tantos kilómetros otro día.

De camino fuimos conduciendo despacio, adaptándonos a conducir por la izquierda, el primer día cuesta más, después es más llevadero. 

Si cierras los ojos e imaginas un lugar idílico, con praderas verdes, ríos que bajan caudalosos y helechos que ensombrecen la espesura.... Estás en Escocia, en Glencoe, uno de los lugares más espectaculares de las Highlands. Glencoe es un valle glaciar en forma de U de 16 kilómetros de longitud, que si lo atraviesas en coche tardas solo 20 minutos, pero es espectacular y te recomendamos que te detengas a cada paso y que disfrutes de sus espectaculares senderos. Glencoe significa Valle del río Coe, el río que lo atraviesa. 

La carretera que cruza el valle es la A82. Desde el sur te darás cuenta que has llegado cuando aparezca a la izquierda del camino la pintoresca montaña Buachaille Etive Mòr (Gran Pastor de Etive), con su forma piramidal es una de las montañas más reconocibles y representativas de Escocia. 


Nuestra primera parada al inicio del valle fue el Glencoe Mountain Resort, un lugar para parar a tomar algo en su cafetería o pernoctar y desde donde hacer actividades de aventura en invierno relacionadas con la nieve y en verano tienen unas propuestas muy interesantes. En su base hay un telesilla para subir y contemplar las vistas del valle desde las alturas, pero al llegar el cielo estaba muy encapotado y no hubiésemos visto nada, así que decidimos no subir. Fueron las únicas gotas de lluvia que nos cayeron encima en Escaria en todo el viaje, fue casi nada, al salir de allí dejó de lloviznar y ya no vimos más a la insistente lluvia de Escocia en todo el viaje ¿raro ehhh? Pues sí tuvimos mucha suerte con el tiempo, nos hicieron unos días soleados preciosos.

Bueno, que me enrollo... Por lo que fuimos hasta allí es para que los niños hiciesen Tubing, una actividad por la que te deslizas por la ladera de la montaña en unos donnuts enormes. Fue la actividad más divertida para ellos de toda la jornada, todos los días intentamos buscar algo para los niños, aunque la naturaleza por sí sola ya sea éxito asegurado para los niños. Pensábamos que estaría cerrado porque en la web ponía que abrían solo los fines de semana para ello, pero al preguntar nos dijeron que sin problema, que se montasen. Cuesta 9 euros la hora por niño. El chico que nos atendió simpatiquísimo, como todo el mundo que encontramos en Escocia. Se llamaba Callum (pronunciado "Calam" o algo así), al principio no entendimos bien el nombre y con el paso de los días en folletos y demás vimos a más personas que se llamaban así y descubrimos que es un nombre típico escocés.  


Tubing en Glencoe Mountain Resort
Seguimos por la A82 hasta Kinghouse Hotel, el albergue original data de 1755, uno de los más antiguos de Escocia. Dicen que es un buen lugar para comer, pero para nosotros aun no era hora, fuimos allí para ver si teníamos suerte y veíamos ciervos, dicen que bajan de las laderas de las montañas y a veces merodean por allí, pero no hubo suerte. Allí podréis jugar un ratito en el río con los niños después de comer y contemplar unas bonitas vistas del pico Boachaille Eive Mòr.



Proseguimos el camino, dudamos si hacer el sendero de Lost Valley, por pensar que no era muy seguro con los niños, pero final lo que nos decidió a no hacerlo es que es muy largo. Unos españoles, de los pocos que nos encontramos en el viaje, nos dijeron que lo habían casi terminado y que para llegar a la zona abierta del valle, que es lo espectacular, se tardaba mucho, que ellos habían hecho un buen tramo y no habían llegado a la zona abierta.

Nos dirigimos al view point de la montaña más conocida del valle y de la propia Escocia. Tiene un nombre gaélico que suena precioso, Bidean nam Bian (parece que te lo susurra James Fraser al oído), significa "pico de las montañas". Conocida como las 3 hermanas por los tres picos que la coronan.

Bidean nam Bian
Bajada desde el view point en la carretera A82 para tomar el sendero a la izquierda
Desde el view point sale bajando un sendero (no señalizado) que, como veis en la foto anterior, rodea la montaña. Bajando desde el parking y después a la izquierda en el sendero que se ve en la foto, se llega a  un pequeño puente de madera en el río Coe. Son 10 minutos andando y es muy bonito.


Como veis en la foto siguiente, había unas preciosas campanillas moradas. Escocia está llena de estas flores y hacen que los paisajes se vean aun más de postal.


El sendero estaba cruzado por estos pequeños canales de agua, que a mi hijo pequeño encantaron y en los que metió las botas varias veces ¡Benditas botas de montaña impermeables! En la siguiente foto de la vuelta se observa, a parte del pequeño canal, el view point donde se aparca para emprender el cortito sendero.


Como sabéis, nos encanta la historia, y este valle a parte de por su belleza, es conocido por la masacre de Glencoe o la masacre del Clan MacDonald a manos del ejército inglés que ensombrece su pasado. Algunos, por ello, dicen que le llaman el Valle de las Lágrimas. 

El rey Guillermo de Orange ofreció a todos los clanes de Escocia el perdón por participar en las revueltas jacobitas, siempre y cuando le jurasen lealtad en un plazo determinado. El clan MacDoland esperó hasta último momento para jurar lealtad, al igual que la mayoría de los clanes. Alastair MacIain, el jefe de Glencoe, viajó hasta Fort William para realizar el juramento requerido; sin embargo, el coronel inglés al mando objetó que él no estaba autorizado para recibir el juramento necesario y le dijo que acudiese a Inveraray para ello. Con las malas condiciones climáticas del invierno al tenerse que desplazar, llegó unos días tarde y aunque Maclain recibió una carta de protección indicando que había acudido en el plazo a Fort William y no tomarían acciones contra ellos, el gobierno vio la oportunidad ante esta tardanza en el juramento de eliminar enemigos de golpe y además que ello sirviese de escarmiento al resto de clanes. Así que un destacamento de soldados se personó en la zona y el clan los acogió amistosamente sin temer nada, pero en la madruga del 13 de febrero de 1692, 38 MacDonald del clan de Glencoe fueron asesinados por los invitados a los que habían acogido amigablemente. A veces la realidad supera a la ficción, si habéis visto Juego de Tronos, estas escenas recuerdan mucho a la "Boda Roja" que sucedió en la serie. 


Nosotros hicimos el sendero An Torr (siguiendo el camino azul que aparece en la foto y en su pdf) hasta la Signal Rock, el punto donde parece que se dio la señal con una hoguera ese fatídico día de la masacre. Historia, leyendas y realidad se mezclan siempre en Escocia. Esa roca de la señal se encuentra en la colina Hill of the Sun o en gaélico Tom a´ Ghrianain, un lugar donde desde hace miles de años los antiguos habitantes de la zona adoraban a sus dioses.


Es un bonito sendero bien señalizado en el aparcamiento. Al inicio del camino paramos en el claro de un bosque a comer un pequeño picnic, mientras los niños jugaban entre los helechos.


El camino no es largo, entre la ida y vuelta  más la parada de la comida tardamos una hora. Al llegar a la colina Hill of the Sun, explica en un cartel que la zona está llena de árboles porque hace menos de 100 años un Lord que heredó esa tierra decidió plantarlos allí, en esa época no se daba tanta importancia al patrimonio ni cultural ni natural. Esos árboles jóvenes, con los años transcurridos, han creado una gran espesura, que hoy día impide apreciar las maravillosas vistas que había desde la roca "Signal Rock" que corona la colina.

Signal Rock
Si seguís el caminito alrededor de la roca a la derecha, por detrás de la misma hay unas escaleras esculpidas en la misma roca para subir a su cima. 


Terminamos de cruzar el Valle de Glencoe, llegando al pueblo del mismo nombre a los pies del Loch Leven. Nosotros desde allí aun teníamos un largo camino hasta nuestra casa de intercambio. Pero paramos un poco más adelante, en Fort William, para hacer la compra. Tanto Fort William como Fort Augustus, deben su nombre a que habían sido los lugares de asentamiento de los fuertes levantados por el ejército inglés durante la invasión de Escocia. Compramos en un gran Marks&Spencer (hay muchos productos británicos en ese súper, por ello me encanta cuando viajo a esos lares, allí compré mi té inglés descafeinado y mermeladas escocesas para los desayunos) y justo al lado había un Aldi, donde entramos esperando encontrar productos como los de ese supermercado en España, pero los productos y las marcas son totalmente diferentes a los que venden en los Aldi españoles. 

Junto a Fort William está el Ben Nevis, una de las montañas más conocidas de Reino Unido, ya que con sus 1344 m es el pico más alto de Reino Unido. Lo siento, la vimos desde el coche y no pude encontrar una buena foto de la montaña.

Llegamos a Fort Augustus a los pies de la lago Ness, paramos simplemente para buscar información de los horarios de apertura de las esclusas del Caledonian Canal para el día que queríamos volver a visitarlo (no nos quedaron muy claros los horarios, no sabemos si depende de la demanda, pero pensamos que era mejor llegar antes de las 5 o las 6 de la tarde el día de la visita, porque después de esa hora no quedan operarios en el canal).

Llegamos tarde a nuestra casa de intercambio, que nos pareció perfecta para nosotros. Encendimos por la noche la chimenea y disfrutamos de unas bonitas vistas desde el salón mientras cenábamos los productos escoceses que habíamos comprado.

Después del lote de kilómetros en nuestras espaldas del día anterior, queríamos que el tercer día en escocia fuese más relajado. Así que nos quedaríamos visitando lugares más cercanos y la tarde la pasaríamos relajados en la piscina jugando con los niños, bueno, o todo lo relajado que se puede estar en una piscina con toboganes y con niños. Sea como sea, fue un día fantástico para todos.

Antes de empezar las visitas buscamos sin éxito en Inverness, un lugar para comprar un adaptador de enchufe británico. El parón de la pandemia nos ha dejado las neuronas viajeras un poco tocadas, jamás se me hubiese olvidado eso antes. No perdimos mucho tiempo, pero es un rollo perderlo en esto, por favor ¡no olvidaros el puñeterito adaptador! Después de ir a varios sitios de electrónica, lo encontramos  a las afueras, en la explanada comercial del Tesco Extra (el más grande de la ciudad), donde se les habían terminado, pero nos dijeron que en la tienda de justo al lado podría haberlo, un Boots, la cadena de farmacia y productos farmacéuticos, el sitio que menos hubiese esperado.

El primer lugar a visitar fue Culloden Battlefield, el campo donde sucedió la conocidísima batalla. 


En la zona está el enorme páramo donde sucedió la batalla, la granja Leanach y el centro de visitantes. El aparcamiento es de pago. Pagamos el ticket familiar para entrar en el recinto (30 libras) y cogimos las audioguías (a los niños les encantó eso de ir escuchando por los distintos puntos y la palabra "jacobita", que no tiene nada de gracioso, pero a ellos les hizo mucha gracia.

La batalla de Culloden sucedió el 16 de abril de 1746, es la última que se ha librado en suelo británico y puso fin al levantamiento Jacobita, partidarios de la restauración en el trono británico de la casa de Estuardo, que en su mayoría eran escoceses de las Tierras Altas, también franceses, irlandeses y españoles. No os quiero contar mucho más porque la audioguía  está muy bien y es mejor descubrir todos los detalles por uno mismo. Narra los hechos desde los dos puntos de vista, lo cual es perfecto, pero algunas declaraciones pueden excusar un poco a los ingleses y esto nos pareció más de lo mismo del tupido velo que siempre se le pone a las barbaries en manos de los ingleses durante su expansión colonizadora. No decimos que todo lo que cuentan no sea cierto, pero que sea como sea, esa derrota a favor del ejército inglés, hizo que se perdiese el sistema de clanes y muchas más tradiciones escocesas se prohibieron...

 En el centro de visitantes hay una película sobre la batalla y no entramos porque leíamos en algún sitio que era un poco sangrienta y a mis hijos no les gustan mucho las cosas que pueden dar miedo, así que no tenté a la suerte de pasar una noche con pesadillas. También se organizan charlas y visitas guiadas a determinadas horas. Nosotros escuchamos una charla muy interesante sobre las vestimentas y las armas usadas en la batalla, en inglés, bueno, más bien en "escocés", un inglés que cuesta sudor y lágrimas entender. 

Siguiendo con las audioguías salimos al exterior, si subes por unas escaleras exteriores, encima del edificio del centro de visitantes hay un mirador donde podrás ver la explanada del inmenso campo de batalla. Hay paneles explicativos indicando donde estaban las distintas líneas de los ejércitos y como se desarrolló la batalla. Nosotros pusimos rumbo a la zona más conocida del campo, donde está el monumento hecho con piedras  que conmemora a los caídos en Culloden. Dice literalmente en el monumento:.
"LA BATALLA DE CULLODEN SE LIBRÓ EN ESTE PÁRAMO EL 16 DE ABRIL DE 1746. LAS TUMBAS DE LOS GALANTES HIGHLANDERS QUE LUCHARON POR ESCOCIA Y EL PRÍNCIPE CARLOS ESTÁN MARCADAS CON LOS NOMBRES DE SU CLAN".

Como veis en la foto, justo al lado hay un banco para sentarse y poder reflexionar sobre las barbaries de las guerras.


Alrededor de dicho monumento están esas piedras de las que habla la inscripción, piedras ovaladas con el nombre de los clanes de los hombres que cayeron. La más fotografiada por los seguidores de la serie Outlander, es la que conmemora a los caídos del Clan Fraser.


Otro de los lugares de los visitados es la granja Leanach, que ya estaba en el páramo durante la batalla. Sirvió de cobijo a los heridos escoceses tras ella, de hecho aparece en la serie Outlander con ese fin. Fue el centro de visitantes del lugar desde los años 60 hasta 2007, cuando se abrió el nuevo centro de visitantes.


Salimos de Culloden y nos dirigimos a otro lugar muy diferente que se encuentra a menos de cinco minutos. Fuimos al Cairn de Clava, un conjunto de cuatro cámaras funerarias de le Edad de Broce, dispuestas en un lugar en el campo llamado Balnuaran de Clava, de ahí su nombre. Las cámaras son túmulos de piedras con un pasillo y un círculo central a cielo abierto. Según los estudios, los granjeros del valle de Nairn erigieron estos túmulos para albergar a sus muertos hace 4.000 años. Solo los miembros más importantes de sus comunidades habrían sido enterrados en ellos. 



Los arqueólogos han extraído pistas que vislumbran la sofisticación y complejidad de la visión del mundo de sus constructores. Su disposición y su orientación al sureste, hacen que el sol se adentre en ellas durante el solsticio de invierno, como aparece en la foto del cartel de la entrada:


Tres de los cuatro Cairn, túmulos funerarios, están rodeados por círculos de piedras clavadas en la tierra de forma vertical, parecidas a las piedras de ficción "Craigh Na Dun" de la serie Outlander, a través de las que Claire viaja en el tiempo.


Estas piedras sí son reales, no como las de la serie de TV, convirtiendo al lugar en mágico y digno de leyendas escocesas, como la que cuenta que dos soldados supervivientes del cercano campo de batalla de Culloden, huyendo del ejercito inglés se refugiaron en los cairn y al tocar estas piedras desaparecieron del lugar sin ser apresados. Hay unos 50 de estos lugares mágicos repartidos por Escocia, pero estos son los mejor conservados.

Cuando salimos pusimos rumbo a Inverness, buscando por el camino un pub en TrypAdvisor, con buena puntuación y buen precio. Encontramos The Fluke, un pub a las afueras sin problemas de aparcamiento. Tomamos un rico fish and chip a muy buen precio, 6,79 libras.


Al salir nos dirigimos a la piscina cubierta con los niños. En casa había investigado por internet si había allí piscinas con toboganes y agua calentita, cuando estuvimos en Islandia, donde había muchas, todos los días mis hijos me pedían ir a una., así que quería buscar algo divertido para ellos para hacer en Inverness y encontré esta piscina. La piscina se llama Inverness Leisure Center. Nos costó 21 euros el ticket familiar para los cuatro. Es un centro deportivo local con muchas actividades para la comunidad, desde fuera se ven los toboganes, así que no tiene pérdida. 


No es que sea un parque acuático, pero es interesante para pasar un rato divertido. Tiene 3 toboganes, uno de ellos de los que te deslizas en un rosco hinchable. No vi fotos en internet y no sé si se podían hacer fotos dentro, así que no las hice. 

Volvimos a la casa de intercambio después de una jornada tranquila y divertida con los niños. 

Con las pilas cargadas del día anterior, decidimos volver a hacerle kilómetros al coche y recorrer la ruta North Coast 500. Es una ruta circular que recorre el norte de Escocia por la costa, la llaman "la ruta 66 escocesa". Las fotos de la zona de oeste de la ruta son espectaculares, pero nosotros nos decidimos por recorrer en ida y vuelta, solo el tramo este de de la ruta por la costa. Nuestra idea era subir por la costa desde Inverness hasta Duncansby Head, el punto mas al noreste de las  tierras continentales británicas y escocesas.

Cuando conduces unos kilómetros al norte de Invernes, encuentras a la derecha las vistas del Fiordo de Cromarty y te llamará la atención las plataformas petrolíferas ancladas en el mar. La siguiente foto es del blog Ruta33, en su post podréis entender un poco mejor este lugar, un centro ideado para la reparación y mantenimiento de las plataformas petrolíferas que operan en el mar del norte. El contraste de la exuberancia del paisaje escocés, con estos gigantes de metal de fondo, es muy curioso.


Nuestra primera parada de la ruta North Coast 500 por las Tierras Altas fue en Cairn Liath, un broch al pie del mar. Os exlico como hacer para llegar a él porque el aparcamiento se sitúa a la izquierda de la carretera y el cairn está en la orilla derecha, por lo que tienes que cruzar, no lo hagas a lo loco, que todo está señalizado. Aparcas el coche y desde el parking tienes que andar hacia el sur por la orilla izquierda por un pequeño sendero y un poco más abajo hay un cruce de la carretera donde ya cruzas a un sendero que va por orilla derecha de la carretera hacia el norte y te lleva al broch.


Un broch es una especie de torre fortificada de la Edad de Hierro, construida con piedras sin argamasa, típica de Escocia e Irlanda. Esta fue  Su arquitectura es muy curiosa y muy ingeniosa para la época. Construida junto al mar tenía unas vistas increíbles desde su parte más alta.



Los niños jugaban entre los pasadizos y paredes, y yo sentada en una roca me puse a mirar información sobre el Conde de Sutherland, el señor que excavó el lugar y descubrí que era el propulsor en la zona de "Highland Clearances". ¿Pero qué es eso? Pues fue una expulsión o éxodo forzado de la población de las Tierras Altas escocesas durante los siglos XVII y XIX, incentivada por los grandes terratenientes, para poner en marcha en la zona nuevas técnicas agrícolas y ganaderas.... Un hecho histórico muy controvertido, que, junto con la disolución del sistema de clanes por los ingleses, la hambruna...obligó a una emigración masiva de higlanders escoceses a otros puntos de Escocia y del mundo. Por la carretera antes de llegar al broch encontraréis el castillo de Dunrobin, del Conde de Sutherland, una visita muy recomendable según leímos, pero nosotros no somos mucho de ver castillos en el interior, por lo que seguimos adelante.

Teníamos reserva para las 13:30 para almorzar en una granja cercana a Wick, Puldagon Farm. Nos hacía mucha ilusión conocer a las vacas y las ovejas de las Highlands. Encontré este lugar por casualidad y me pareció un sitio muy bonito para comer y ver a los animales. 


En su web ponía que era una granja auténtica y que a veces no se podían ver los animales si estaban enfrascados en sus labores granjeras. Así que les escribí un email para reservar para almorzar y les dije que nos gustaría ver los animales, si era posible ese día, y que no teníamos problema en llegar antes o después de comer. Nos respondieron que encantados de enseñarnos a los animales después de almorzar, que no hacía falta que llegásemos antes. La comida era muy buena, los platos estaban muy cuidados y con buenos ingredientes. Pedimos unas hamburguesas de carne escocesa y mi hijo pequeño pasta que le encantó. 


Pensábamos que lo de ver a los animales sería algo lejano desde las cercas, pero no, cuando terminamos de comer le preguntamos a la chica y nos acompañó a ver a los animales dentro de las cercas y nos explicó todo, fue un encanto. Mis hijos fliparon literalmente, pudieron coger, abrazar y hasta besar a las ovejas. La chica nos dijo que las ovejas eran muy mansas y que se podían tener en casa como mascotas. 



Después fuimos a ver a las típicas vacas de las Highlands, que no son fáciles de encontrar en las granjas. Cuando pasas con el coche en los prados se ven sobre todo vacas normales, las vacas highlanders son más caras de cuidar y los granjeros las tienen en menor medida. Pero es que son monísimas, nosotras las bautizamos como las vacas con flequillo.


Cuando las tienes justo al lado imponen un poco, tienen unos cuernos enormes. Pero la chica estaba en todo momento al lado de nosotros indicándonos donde nos teníamos que poner para acariciarlas sin peligro.


Después nos enseñaron sus patos, hurones...


Mis hijos salieron de allí felices. Estábamos muy agradecidos por habernos dado la oportunidad de esa experiencia y además de forma gratuita. Así que al terminar nos pasamos por la pequeña tienda para comprar algunos productos locales (en ningún momento nos dijeron nada de la existencia de la tienda, ni de comprar nada, es algo que decidimos nosotros). Como recuerdo, compramos una cosa que vimos que había en la casa de intercambio y que, por tanto, ellos deben de usar y nos pareció curioso tenerlo como recuerdo del viaje. Son una especie de salvamanteles rígidos como de madera, más pequeños que un mantel individual y más grandes que un posavasos, que hoy tenemos en casa en nuestra alacena de la cocinai


Atravesamos el bonito pueblo de Wick para llegar a nuestra siguiente parada por la North Coast 500, las ruinas del Castillo Sinclair Girnigoe. Un preciso castillo en ruinas al pie de los acantilados.


Se accede a él a través de un bonito sendero verde con brezo, rodeados de ovejas y con el mar de fondo. Aunque hacía un sol fantástico, hacía mucho viento y los impermeables nos vinieron genial.


Se puede entrar dentro y es seguro, todo está ruinoso pero las ventanas están afianzadas. El castillo parecía un escenario de cuento, de cartón piedra, por el contraste de los dos tipos de piedras de su construcción. Bajamos un rato a una pequeña playita entre los acantilados, la única zona de abajo de fácil acceso y estuvimos un rato tirando piedras al mar.


Desde ahí pusimos rumbo a Duncansby Head, pico de tierra con un faro que es la parte más al noreste de las tierras continentales escocesa y británica. 



Este lugar está muy cerca del pueblecito llamado John O´ Groats, punto de partida hasta las Islas Orcadas, se le considera popularmente el punto más septentrional de la isla de Gran Bretaña, aunque realmente esta distinción corresponde al cercano Dunnet Head. La ciudad debe su nombre un neerlandés, Jan de Groot, que obtuvo un permiso para el servicio de barco desde allí a las Islas Orcadas, adquiridas de Noruega en 1496. Las casitas del puerto son muy fotogénicas.


John O´ Groats resulta muy familiar en Gran Bretaña porque se utiliza para definir la extensión de Gran Bretaña, hay rutas que van desde este pueblo hasta Land´s End (punta de la Península de Cornualles), cruzando toda Gran Bretaña. La conocida expresión en inglés "Land´s End to John O´Groats" hace referencia tanto a ese viaje como a cualquier gran distancia en general. El cartel que indica el final de la ruta en el puerto, es muy concurrido para hacerse la foto. 


Estuvimos un ratito paseando por el muelle y, como hacía un día muy despejado, contemplamos al fondo del mar las Islas Orcadas.


Este fue nuestro punto más alejado en la ruta North Coast 500, desde allí emprendimos la vuelta por la misma carretera, pero antes queríamos parar en otro punto del camino que por la mañana habíamos pasado de largo. Paramos en Whaligoe Steps, unos escalones esculpidos en el acantilado, cuya bajada es espectacular y recomendamos. Dudamos si hacerla con niños, pero la verdad es que, si vais en un día soleado, sin viento y sin lluvia, se puede hacer con niños con precaución, si hay malas condiciones meteorológicas, mejor no hacerlo con niños.


Son alrededor de 300 escalones unos hechos de losa (reparados en el s XX) y otros originales esculpidos con losas de roca del acantilado, que bajan a un puerto formado naturalmente entre los dos macizos de roca de los acantilados. El puerto pesquero data del s. XVII. Parece un lugar imposible para un puerto, pero a mediados de 1800, en plena actividad, podía albergar hasta 24 barcos y las mujeres subían por estas escaleras imposibles cargadas con grandes cestas de pescado. Sobre todo se usaba para el arenque. Abajo están los restos de un edificio que alguna vez albergaría un almacén de sal para curar el pescado.


Así termina una jornada estupenda de ida y vuelta por la parte este de la ruta North Coast 500.

El día siguiente decidimos que fuera de relax, llevábamos muchos kilómetros en nuestras espaldas, así que fue un día que nos vino de maravilla. El dueño de nuestra casa de intercambio nos había dejado una canoa y pasamos un día fantástico en la bahía de Inver junto a nuestra casa.


Pasamos la mañana navegando en la canoa sin alejarnos mucho de la orilla. Hasta que, como era previsible, alguien cayó al agua, y no fueron los niños, fui yo. Así que nos quitamos los polares y en bañador nos dimos un baño en el Mar del Norte. ¡No muchos pueden decir que han sido tan valientes para hacer esto! El agua estaba helada.


Después de ese necesario día de relax, al día siguiente volvíamos a tener una nueva ruta con bastantes kilómetros, pero llena de lugares increíbles. Primera parada, la Rogie Falls, unas bonitas cascadas en la parte norte central de Escocia. La época más interesante para verlas es en la de desove de salmones, donde se pueden ver los peces nadando a contracorriente.  


Para llegar a las cascadas hay un cortito paseo desde el parking por el bosque hasta las cascadas.


Una de nuestras metas ese día era llegar al Castillo de Eilean Donan, la carretera cruzando la zona  centro norte de Escocia era preciosa, nada que envidiar a otras zonas más turísticas. No tengo fotos que hagan justicia a esos paisajes, pero os puedo decir que íbamos embobados todo el camino.


Llegamos al Castillo de Eilean Donan, por mucho que lo hayas visto en fotos, al llegar te sorprende el enclave tan bonito. Aparcamos en el parking que se paga por horas y los niños iban muy cansados de kilómetros por lo que pasaron un rato jugando a tirar piedras al lago.


Compramos el ticket familiar y nos dieron unos cuadernillos fantásticos para los niños, que los mantuvieron toda la visita entretenidísimos. Nosotros cogimos las audioguías que eran fantásticas.


No somos mucho de ver castillos por el interior, no nos gustan demasiado, pero recomendamos esta visita. El castillo de Eilean Donan es una fortaleza situada sobre la pequeña isla del mismo nombre que se alza a un lado del lago Duich, se empezó a construir en el 1200. Está comunicado a su vez con el cercano océano Atlántico por medio del lago Alsh. No sé si sabéis que el puente que llega al islote donde está el castillo se construyó en el siglo pasado, desde siempre para llegar al castillo había que hacerlo en barca. Por su situación siempre ha sido una fortaleza difícil de tomar.


Las vistas desde las terrazas del castillo son preciosas con los lagos de fondo, como veis en la foto, mis hijos seguían atentos a su cuadernillo de buscar pistas del castillo. Este castillo sale en muchísimas películas, nosotros unos días antes de ir lo vimos en Netflix en la película romántica "La boda de mi novia" de Patrick Dempsey.


Habíamos visto en instagram que la comida rápida que vendían en la entrada del castillo estaba muy bien, pero nuestra idea era comer en Fort Augustus en un restaurante a orillas del lafo Ness, en el que había comido mi amiga Helena en nuestro post de Escocia con niños.

Pero cuando llegamos a Fort Augustus al restaurante The Boathouse estaba ya cerrada la cocina para almorzar, fue una decepción porque el sitio era precioso por las vistas del lago Ness desde su terraza. Pero no nos desanimamos, corrimos hacia la zona del Canal de Caledonia, donde habíamos visto al llegar que se estaban abriendo las compuertas del canal y sabíamos que más tarde no podríamos verlo. En nuestras historias de Instagram, como veis en la siguiente foto, os contamos curiosidades sobre el canal y siguen en nuestras historias destacadas de Escocia, donde podréis ver los vídeos de apertura de las esclusas y funcionamiento del mismo. 


Nos encantó ver en vivo cómo funcionaba el paso de los barcos, observando como subían y bajaban las aguas de las esclusas. Como veréis en las fotos, los dueños de los barcos en un determinado momento tienen que salir y coger desde fuera las cuerdas de sus barcos mientras sube el agua.



Hay dos puestos de fish and chips, uno en la calle del mismo canal y otro con mejor pinta al lado de la gasolinera. Así que compramos para llevar nuestro fish and chip y lo comimos sentados en las mesas de madera que hay junto al canal.
Tras llenar nuestros estómagos, volvimos a hacer el camino de vuelta hacia el lago Ness junto al canal, pero esta vez por la orilla contraria a la que antes usamos para llegar al restaurante que estaba cerrado (la acera contraria al parque). Allí, donde conecta el canal con el lago Ness, hay una pequeña playita del lago, donde una hay vistas maravillosas, piedras para que los niños se entretengan tirando al lago y patos. Pasamos allí un rato estupendo contemplando las bonitas vistas.




Otro día perfecto de viaje por las tierras del norte de Escocia. Al día siguiente teníamos planeada una de las excursiones que más ilusión nos hacían, la de conocer a los renos del Parque Nacional de los Cairngorms. Mirando el mapa, vimos que muy próximo a ese lugar estaba el parque de aventuras Landmark Forest Adventure Park.

Condujimos desde nuestro alojamiento esa mañana al Parque de Aventuras de Landmark Forest. En realidad es un bosque suspendido entre los árboles, con tirolinas y dos toboganes grandes deslizables en colchonetas. Tiene también parques infantiles para niños más pequeños, recreación de dinosaurios y una pequeña zona de ilusiones ópticas. Nosotros solo pudimos disfrutarlo hasta las dos de la tarde, porque a las 3 teníamos concertada la visita para ver a los renos en libertad en los Cairngorms. 


Los montes Cairngorms son una cadena montañosa en la zona suroriental de las tierras Altas de Escocia. En ella hay una manada de renos, la única en libertad en Escocia. Aunque en realidad no están en total libertad, están vigilados y acotados por el humano para preservarlos. En la web The Cairngorm reindeer herd podréis encontrar toda la información sobre la visita guiada hacia los montes para ver a los renos. En el punto de información te dan todas las indicaciones para llegar al aparcamiento donde te recoge el guía y te lleva hacia los montes por un bonito sendero para conocer a los renos. MUY IMPORTANTE!!! es llevar calzado adecuado, botas de montaña. Lo especifican en la web, porque sino puede que no te dejen realizar la visita. Nosotros fuimos en un bonito día muy soleado y no le dieron mucha importancia al calzado (aunque llevábamos todos zapatos de montaña), pero si llueve, que suele ser habitual, el calzado es muy importante.


Llagamos por una pasarela de madera a la zona donde están los renos. No se pueden tocar solo contemplarlos, mientras la guía te explica muchas curiosidades sobre ellos. Te dejan darles de comer una comida natural que ellos te dan. Era época de cambio del pelo y estaban un poco feítos :-). Lo pasamos muy bien, fue un momento muy agradable en familia del viaje.



Terminaos la visita y hacía un calor tremendo, sí, increible en Escocia, pero este verano ha sido algo insólito. Así que decidimos ir a darnos un baño a una playa de un lago cercano que habíamos visto por el camino. Lo podéis buscar el google maps por "Loch Morlich  Beach". Había mucha gente al sol y practicando deportes acuáticos. El agua estaba fresquita, pero hacía mucho calor por lo que apetecía y el entorno era precioso. 


Por la tarde volvimos a Inverness y dimos un paseo por sus calles principales. Queríamos cenar en Hootananny, un pub del centro donde hay música en directo a diario, pero la música empezaba tarde y estábamos muy cansados. Así que decidimos cenar en Platform 8, frente al Mercado Victoriano y la verdad que fue un acierto porque estaba todo muy bueno. 



Así terminaba nuestro último día completo en Escocia. Al día siguiente no tomábamos el vuelo hasta las 8 de la tarde, pero teníamos que dejar la casa de intercambio limpia y hacer muchos kilómetro de vuelta hasta Edimburgo, así que no planeamos ninguna visita. Hicimos una parada en Kinross para almorzar, lo hicimos a orillas del Lago Leven, donde dimos un bonito paseo alrededor del mismo contemplando su castillo que está en un islote en el centro del lago. 


Escocia nos ha parecido preciosa, los niños vinieron encantados y nosotros disfrutamos mucho de su fascinante historia, sus preciosos paisajes y sobre todo, su amable gente. Los escoceses son agradables y simpáticos, en todos los lugares nos trataron con mucha amabilidad y siempre con una sonrisa.

1 comentario :

  1. uyuni.es
    Para esos ambientes tan fríos, como en Escocia, necesitas un buen gorro y una bufanda de calidad para mantenerte abrigado y cómodo. ¡Prepárate para el frío

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