Las croquetas de mijo no llevan bechamel, por lo que a parte que para celíacos, van bien para personas con intolerancia a lácteos. Pero sobre todo me decidí a hacerlas por lo fáciles que son, al no llevar bechamel todo es más rápido.
El mijo sustituye a la masa de la croqueta, por lo que podéis añadirle lo que queráis, hacerlas con verduras y setas (así serán veganas), con huevo y jamón, o como yo, que las he hecho con la carne del puchero.
Ingredientes:
-Un vaso de mijo
-Dos vasos de agua
-Media cebolla y aceite de oliva
-Carne de pavo del puchero
-Huevo y pan rallado para rebozarlas
-Aceite de oliva para freir.
Elaboración:
Tomando como medida un vaso, se llena un vaso de mijo y se hierve durante 20 minutos con el doble de agua (dos vasos). Como yo tenía caldo de puchero, puse a hervir el mijo con un vaso de caldo y otro de agua. El mijo al hervir absorve todo el agua y las bolitas del cereal se esponjan pegándose unas con otras haciendo una especie de pasta.
Mijo
En una sartén se sofríe media cebolla con aceite de oliva. Cuando esté pochada se le añade el mijo hervido y se rehoga un poco todo junto.
Se aparta de la sartén esta mezcla y se pasa por la batidora. A la pasta que se forma, se le añade la carne de pavo del puchero cortada en trocitos y la mezcla se deja reposar. Se deja reposar poco tiempo, al contrario que las croquetas con bechamel, esta mezcla es muy fácil de manipular, así que se le pueden dar forma a las croquetas rápidamente sin casi esperar.
Se rebozan con huevo y pan rallado; y se pueden congelar.
La croquetas se fríen en aceite de oliva.
Han sido un éxito en mi casa, mis hijos han dicho que no están buenas, que están buenísimas.
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