Hace unas semanas fui a la guardería de mi peque en uno de los "días de observación de papis", allí jugaron a un juego muy curioso. Consistía en que con unas pinzas grandes los peques intentaban coger bolitas de lana de distintos tamaños y las metían en un vaso. Con este juego nos contó la seño que se fomentaba la psicomotricidad fina y me pareció muy divertido.
Imagen tomada de la web de BabyCenter
Me dijo la señorita que las pinzas se conseguían en internet buscándolas como "pinzas de entrenamiento para sushi". Así comenzó mi búsqueda y me topé en AliExpress con estas pinzas de entrenamiento para aprender a comer con palillos tan económicas. Esto me llevó a la idea de que sería divertido comprárselas a mis peques e ir un día a un restaurante oriental para probarlas. De esta forma entrenábamos la psicomotricidad y aprendíamos sabores, historias y texturas nuevas.
Por fin llegaron nuestras pinzas de China. Las había pedido con dibujos de animales, pero como pasa en AliExpress, a veces el entendimiento es complicado y me llegaron de Hello Kitty. Bueno, no estaba mal, así aprendíamos una nueva lección "el rosa no es de chicas".
Lo normal era salir a un restaurante oriental chino o japonés, pero nosotros nos hemos salido de la norma y hemos elegido para probar nuestros palillos, un restaurante que nos encanta, un restaurante peruano ¿Porqué? La influencia de emigrantes japoneses en Perú hizo que la comida del país esté muy fusionada con los sabores y texturas orientales. En el siglo XIX hubo una gran crisis demográfica en Japón, que llevó a crear entre ambos países acuerdos de inmigración. Elegimos el restaurante peruano de fusión Chifa en Sevilla, junto a la Alameda de Hércules y a nuestros peques les ha encantado.
Ha sido divertidísimo usar nuestros palillos. Nada de pedir "comida de niños", hoy había que probar cosas nuevas. Les hemos explicado que si quieren viajar a países lejanos hay que acostumbrarse a comer comida diferente, que en cada país se cocina de una manera distinta. Ha sido un éxito, mi hijo mayor de cinco años ha disfrutado con el makis y niguiris y mi hijo pequeño con los noodles en wok.
Hemos pasado un buen rato juntos, hablando con conceptos muy básicos sobre Perú, del Machu Picchu, de China, de la "Ruta de la Seda" y de como los españoles descubrieron América para intentar llegar a Asia por otro camino por el océano. Hemos pedido yuca frita, que guay les ha parecido esta "patata distinta". Les hemos explicado que la yuca es de América como la patata y que esta última la trajeron de América los descubridores a Europa, que antes aquí no había patatas fritas. Como siempre mi hijo me ha preguntado "¿cuando tú eras pequeña había patatas fritas?" Je, je para él debo ser de la prehistoria.
En fin nuestros peques son muy pequeños, pero muy curiosos como todos los enenos, no sé lo que habrán sacado en claro del día de hoy, pero estoy segura de que han terminado muy felices por dos motivos. Según dice mi hijo mayor, está contento porque ya sabe comer con palillos y puede viajar a muchos países, pero sobre todo estoy segura que están más contentos porque han pasado un rato en exclusiva con sus papás haciendo algo divertido, que con el estrés de los papás de hoy es complicado, y los hemos escuchado a ellos sin ninguna otra distracción. Os animo a poner en práctica este plan.
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