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martes, 12 de mayo de 2015

Visita con niños al Museo Arqueológico de Sevilla. Cuento sobre el tesoro del Carambolo

Ayer pasamos un domingo estupendo con un grupo de papás amigos y sus peques. Seguimos con nuestra iniciativa de que nuestros hijos de tres años empiecen a conocer un poco de cultura de nuestra zona y para ello estamos haciendo una serie de actividades cuyo objetivo principal es que ellos lo pasen bien, pero a la vez intentamos dar pequeñas pinceladas culturales para que se vayan familiarizando con el patrimonio que les rodea.
Este domingo el plan era pasar el día en el Parque de María Luisa en Sevilla a la caza del tesoro pirata. En el interior del parque, en la Plaza de América, se encuentra el edificio del Museo Arqueológico de la ciudad, antiguo Pabellón de Bellas artes de la Exposición Iberoamericana que se hizo en la ciudad en 1929. En él se encuentran expuestas obras que datan desde la prehistoria de la zona, pero sobre todo obras de la época hispanorromana, muchas de Itálica. Una de las obras más importantes del mismo es el tesoro del Carambolo, un tesoro de incalculable valor histórico encontrado en las inmediaciones de la ciudad y que según los primeros estudios databa de época tartésica, pero que hoy se piensa que puede ser más probable de época Fenicia.  Así que nuestra idea era entrar en el parque, sentarnos a la sombra en una de las explanadas con césped que hay delante del Museo, contar el cuento que después os detallo, un cuento donde se les da a los niños una pequeñas pinceladas de la prehistoria y de la época Fenicia, adornado con los temas que a ellos les gustan, lobos, piratas, princesas y como protagonista el tesoro del Carambolo. Tras contar el cuento entrar en el museo con nuestras cintas piratas (las hice yo en casa el día anterior) y nuestras espadas para ver como piratas el tesoro del Carambolo. Y después al salir a hacer un picnic en el parque y pasar la tarde jugando todos juntos.
La experiencia ha sido estupenda. Con niños tan pequeños es difícil captar la atención de ellos durante mucho tiempo, por eso la actividad al ser cortita y centrarse sobre todo en el juego ha sido un acierto. Como siempre decimos son muy pequeños y no sabemos que habrán aprendido de todo esto, pero seguro que alguna experiencia positiva se les ha quedado en sus pequeñas cabecitas. El cuento les gustó y permanecieron atentos  a la explicación sorprendidos con algunos detalles que a los adultos nos sacaron una sonrisa. En el museo se portaron muy bien, estaban contentos de entrar en un museo  "un sitio donde se ponen cosas bonitas para que todos las puedan ver", les gustaron los animales representados en las estatuas, las piedrecitas de los mosaicos romanos que formaban dibujos de tigres y leones. Ángela, nuestra peque más extrovertida, incluso me quitó el puesto de guía y en las estancias del museo con todas sus dotes interpretativas expuestas al máximo nivel me decía  "Ahora te callas tú un poquito que me toca a mi hablar. Mirad os voy a explicar que es esto (una sala con estatuas romanas decapitadas), esta son personas ¿veis los cuerpos? pero no tienen cabeza porque los piratas entraron y con sus espadas les cortaron el cerebro" ja, ja, ja nos tenía a todos entretenidos con sus explicaciones, ya veis que para ser una niña de tres años no le falta imaginación.
Tras la visita sacamos nuestro estupendo menú campestre, que eso no puede faltar en todo picnic que se precie.
Y tras la comida nos lo pasamos pipa con nuestras espadas piratas, que con el calor que apretaba se convirtieron en espadas de agua. Los peques les cogieron el truco a las espaditas de agua más rápido de lo que imaginábamos, a los papás nos tocó correr y algunos terminaron bien fresquitos.
Y sin enrollarme más os dejo el cuento que podéis adaptar a cualquier obra patrimonial que tengáis en vuestra ciudad y planear una actividad parecida con un grupo de peques.

Cuento "El tesoro Pirata del Carambolo"

"Hoy os voy a contar un cuento sobre los hombres primitivos y sobre un bonito tesoro.

-Sabéis quiénes eran los hombres primitivos? (voz bajita y entonación de suspense)

Eran unas personas que vivieron hace muchos muchos años. Estas personas no tenían casa, no tenían coches, no tenían calles. 

-¿Sabéis como iban vestidos?

No tenían ropa como nosotros, ni pantalones, ni camisetas, ni chandal.... vestían con pieles de animales, de bisontes, de ciervos, de oso.... y se las ponían por encima para estar calentitos.

 -¿Qué raro no? (poner cara de extrañados) Entonces, ¿Dónde vivían los hombres primitivos si no tenían casa?

 Pues vivían en cuevas. Sí, sí en cuevas

-Pero...¿ Cómo podían vivir en cuevas si en las cuevas viven los animales? En las cuevas viven los lobos ¿no? ¿Queréis saber como hicieron los hombres primitivos par echar a los lobos de las cuevas y quedarse con las cuevas para ellos?

Porque los hombre primitivos aprendieron a hacer fuego, cogían dos piedras y hacia "chassss" y saltaba una chispa de fuego. Así que cuando los lobos salían de la cueva a dar un paseo, los hombres primitivos aprovechaban para entrar en la cueva, encendían un enorme fuego y como a los lobos les daba mucho miedo el fuego cuando veían el fuego decían "uinss uinss que susto fuego, yo no quiero entrar en esa cueva con fuego" y así  los hombres primitivos se quedaron con las cuevas y los lobos no los molestaron más.

Pues con el tiempo estos hombres primitivos salieron de las cuevas, empezaron a trabajar con sus manos y se hicieron ropa mejor, hicieron carros para llevar las cosas y crearon un pequeño pueblecito con casas y calles aquí en Sevilla, aquí donde nosotros estamos ahora. Estos hombres se llamaban Los fenicios.

-Y sabéis que los hombres primitivos tenían un tesoro? (voz de intriga)

Sí, sí tenían un tesoro. Como trabajaban muy bien con sus manos, cogieron un trozo de oro (que es una piedra dorada muy grande) y empezaron con los martillos "plan, plan, plan.." a martillear el oro y así hicieron, monedas de oro, pulseras, collares como los de las princesas -¿Ángela, a que las princesas tienen muchos collares y muchas pulseras muy muy brillantes? (Ángela  es la única niña del grupo y le encantan las princesas).
Para que nadie les quitara este tesoro, los fenicios lo guardaron en una vasija de barro y lo escondieron en un agujero en el suelo. Y así pasó el tiempo y la gente se olvidó del tesoro y de donde estaba escondido.

-¡Anda!!! Un tesoro y se olvidan de donde estaba ehhh

Pero al pasar los años unos piratas se enteraron de que en Sevilla podía haber un tesoro escondido, Ohhhh. Y los piratas decidieron venir a Sevilla.

-Y ¿Cómo vinieron los piratas a Sevilla, en que venían montados?

Pues en barcos.

-¿Por donde vienen a Sevilla los barcos?

Por el río.

-¿Y cómo se llama el río de Sevilla?

El Guadalquivir (esto se lo enseñó a todos su querida sueño Carmen en la guarde y se lo saben al dedillo)

Los piratas bajaron de sus barcos con sus parches en el ojo, sus gorros de pirata, sus patas de palo y dijeron "Ja, ja, ja vamos a buscar el tesoro y lo vamos a encontrar ja ja ja" (poner voz de malos).

-¿Sabeis cómo lo buscaron?

Cogieron palas como las que vosotros tenéis para la playa y empezaron a hacer agujeros en la arena buscando el tesoro (si queréis os podéis llevar palas y que se entretengan haciendo agujeros en la arena).  

Y nada, que no encontraban el tesoro. No lo encontraban porque como los piratas eran muy malos y muy gruñones todo el rato se estaban peleando y no se ponían de acuerdo en nada y así no conseguían encontrar nada. Por eso los niños no se deben pelear, porque con las peleas no se consigue nada.

Así que los piratas se aburrieron y se fueron. Y pasaron más y más años. Y un día un niño como vosotros iba paseando tranquilamente con su perro Lulo por un monte que hay aquí en Sevilla que se llama el monte Carambolo cantando "tralaranlarito voy con mi perrito, tralaranlarito voy con mi perrito" y el perro encontró un hueso y al ir a enterrarlo.... "zasssss", encontró una vasija y ladró "guau, guau" y el niño al ver que el perro ladraba se acercó, abrió la vasija y ¿qué había en ella?.......¡el tesoro!!!!

El niño en vez de quedarse para él el tesoro lo llevó a un museo, el museo es el sitio donde se ponen las cosas bonitas importantes para que todo el mundo las pueda ver. Y así todos los niños del mundo que quieran ver el tesoro del Carambolo pueden ir a verlo al museo. Así que ahora vamos a entrar todos calladitos al Museo Arqueológico de Sevilla y vamos a ver el gran tesoro que encontró el perro Lulo en el monte Carambolo. Y colorín colorado este cuento se ha acabado".


2 comentarios :

  1. ¡Me encanta! Me tienes asombrada, creo de veras que equivocaste tu profesión.

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  2. No te creas que para en mi profesión convencer a los niños tengo que inventar muuuuchas historias, de ahí la práctica ahora ja ja ja

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